Mundo

¡La nueva obsesión de Trump! Ambiciones imperiales que amenazan a Groenlandia, Panamá y Canadá

2024-12-24

Autor: David

Donald Trump parece no tener límites cuando se trata de sus ambiciones expansionistas. Este lunes, el presidente electo de Estados Unidos resucitó su antiguo deseo de apoderarse de Groenlandia, un enorme territorio autónomo que pertenece a Dinamarca. Con una población escasa de 56,000 habitantes, esta isla se ha vuelto un foco de interés estratégico por sus abundantes recursos naturales y su posición geográfica entre los océanos Ártico y Atlántico.

Pero esto no se detiene ahí. Trump ha desatado una ola de solicitudes que han alarmado no solo a Dinamarca, sino al mundo entero. Tras sus declaraciones sobre Groenlandia, también mencionó la necesidad de controlar el Canal de Panamá, amenazando con retomar la administración del mismo si las tarifas para los barcos estadounidenses no se reducen. En sus palabras, esto es crítico para la "seguridad nacional y la libertad mundial".

En un giro más controvertido, Trump amenazó con clasificar a los cárteles mexicanos como "organizaciones terroristas", sugiriendo que esta designación podría abrir la puerta a medidas drásticas, incluyendo ataques selectivos para desmantelar estos grupos criminales que han estado causando estragos en la región. Durante un evento en Phoenix, Arizona, el presidente electo repitió su deseo de controlar zonas estratégicas, enfatizando que sería necesario evitar que estas cayeran en "manos equivocadas", refiriéndose a países como China.

La cuestión de Canadá también ha entrado en su lista de deseos. Trump afirmó que “muchos canadienses quieren convertirse en el estado número 51”, desatando una controversia que podría escalar en tensiones. A su vez, amenazó con aranceles del 25% a las importaciones canadienses, provocando la visita del primer ministro Justin Trudeau a su residencia en Mar-a-Lago, donde las discusiones giraron en torno a las relaciones comerciales y la estabilidad regional.

La historia de la expansión territorial de los Estados Unidos está marcada por un deseo constante de expansión. Desde la adquisición de Luisiana a Francia por 15 millones de dólares en 1803, hasta la compra de Alaska a Rusia por 7.2 millones de dólares, la narrativa ha estado impregnada de deseos imperialistas. Groenlandia no es solo un terreno rico en minerales raros, sino que, con el deshielo del Ártico, se proyecta como una ruta de navegación potencialmente importante, dificultando la competencia entre superpotencias como Estados Unidos y China.

Cada uno de estos movimientos ha sembrado miedo y emoción en las cancillerías del mundo. A medida que Trump continúa articulando su visión imperialista, surge la pregunta: hasta dónde está dispuesto a llegar? Las tensiones geopolíticas están aumentando, y el futuro de estos territorios podría verse comprometido por las fantasías de dominio de un hombre que parece no entender el concepto de soberanía.