Recientemente, lo que parecían ser pequeños inconvenientes de mantenimiento en la Estación Espacial Internacional (ISS) han escalado a un asunto grave. Con más de 25 años de operación y numerosos problemas a lo largo de su vida útil, la ISS enfrenta ahora un desafío crítico que ha alertado a la NASA.

El informe de emergencia

Un análisis realizado por la NASA ha revelado que los administradores de la estación espacial están profundamente preocupados por una sección crítica de la parte rusa de la ISS. En particular, un túnel que conecta un módulo de mayor tamaño a un puerto de acoplamiento presenta una fuga que podría resultar peligrosa.

Este pequeño módulo, conocido como PrK, se localiza entre la esclusa de aire del transporte espacial Progress y el módulo Zvezda, que tiene una fuga detectada desde septiembre de 2019. La reciente información del inspector general de la NASA destaca la seriedad de esta situación.

La fuga en cuestión

De acuerdo con el informe, la NASA y la agencia espacial rusa Roscosmos están colaborando para abordar problemas estructurales en el túnel del módulo de servicio ruso. Sin embargo, las agencias no han llegado a un consenso sobre cuándo el nivel de esta fuga se volvería insostenible, lo que genera aún más preocupación.

Gracias a informes recientes, se ha sabido que en febrero de este año se identificó un aumento alarmante en la tasa de fuga, que continuó incrementándose en abril. A pesar de años de estudio, no se ha logrado identificar la causa raíz de este problema, lo que disminuye las esperanzas de una solución rápida.

Reconocimientos tardíos

Rusia admitió el problema en febrero, pero afirmó que no representaba un riesgo para la tripulación, contradiciendo el nuevo informe que indica que la tasa de fuga ha alcanzado niveles alarmantes.

La estrategia actual de NASA y Roscosmos es prevenir el problema manteniendo cerrada la escotilla del módulo Zvezda que da acceso al túnel PrK. Sin embargo, si la situación empeora, podrían verse obligados a cerrar esta escotilla de forma permanente, lo que reduciría el número de puertos de acoplamiento rusos de cuatro a tres.

Evaluación del riesgo

Según el informe, desde agosto de 2024, el riesgo de fuga en el túnel de transferencia ha sido calificado como '5 de 5', lo que indica un nivel de seriedad máximo en la escala de riesgo de la NASA. Este nivel implica tanto la probabilidad de que ocurra un incidente, como el potencial daño que podría resultar de este.

El futuro incierto

Actualmente, la NASA tiene planes para que la ISS opere hasta 2030, con la intención de asociarse con SpaceX para desorbitar la estación de manera controlada. Sin embargo, Rusia ha anunciado su intención de permanecer solo hasta 2028. Esta discrepancia en los plazos, junto con el problema estructural actual, añade presión a la ya delicada relación entre los dos países en el contexto de la carrera espacial.

Con la seguridad de la tripulación y la funcionalidad de la ISS en juego, la situación se torna crítica. ¿Podrá la NASA y sus aliados resolver estos desafíos o estamos más cerca del final de una era en la exploración del espacio?

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