Miles de devotos se agolpaban en las calles de Valladolid, siguiendo la emocionantísima procesión de La Borriquilla en el Domingo de Ramos. Con el cielo amenazante y nublado, el espíritu de la celebración brillaba por encima de la incertidumbre.

Sin embargo, al llegar a la Plaza Mayor, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. La Cofradía de la Santa Vera Cruz tomó la sabia decisión de buscar refugio en la iglesia Jesús; allí, la imagen del paso se resguardó, mientras los demás se retiraban a sus sedes.

A pesar del mal tiempo, la Policía Local de Valladolid anunció que la procesión se reanudaría a las 14:30 horas, dando esperanza a los miles de seguidores que esperaban ansiosos.

Bendición desde el Balcón

El arzobispo Luis Javier Argüelles, desde el balcón de la iglesia de la Vera Cruz, impartió su tranquilidad y bendición a los fieles presentes, agradeciendo su devoción y fe.

Momentos Emotivos del Domingo de Ramos

La actividad comenzó a las 10:30 horas con la bendición de las palmas en el patio de la Catedral, a cargo del arzobispo. Posteriormente, la emotiva Procesión de las Palmas se llevó a cabo, con la participación de secciones infantiles de diversas cofradías de Valladolid.

La procesión comenzó con el paso La Entrada de Jesús en Jerusalén, una magnífica obra atribuida al escultor Francisco Giralte, que data del siglo XVI. Este paso, el único de papelón que ha sobrevivido, resalta por su técnica única, ensamblando armazones de madera y vestiduras encoladas.

Un Recorrido Mágico, Interrumpido por la Lluvia

El recorrido de la procesión atravesó lugares emblemáticos como Platería, la plaza de la Libertad y finalmente, la Plaza Mayor, donde la lluvia obligó a modificar el itinerario. La Cofradía optó por encaminarse hacia la iglesia de Jesús Nazareno, buscando refugio.

A pesar de la lluvia que amenazaba el evento, la Policía Local rápidamente comunicó que la procesión se reanudaría a las 14:30 horas, devolviendo la alegría a los asistentes.

Un Patrimonio Cultural Invaluable

La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, más conocida como la Borriquilla, no solo es un símbolo religioso, sino también un tesoro artístico. La escultura, atribuida a Francisco Giralte y sus discípulos, ofrece una experiencia visual que mezcla el arte con la espiritualidad.

En conclusión, aunque la lluvia interrumpió brevemente la celebración, la perseverancia de los devotos y la belleza de las tradiciones religiosas de Valladolid continuarán resonando en los corazones de quienes participan cada año.