Lisa Su ha sido nombrada CEO del año 2024 por Time, una decisión que podría sorprender a muchos, especialmente considerando el año sin precedentes de NVIDIA, cuyo CEO es primo de Su. Sin embargo, esta elección destaca un estilo de liderazgo que a menudo pasa desapercibido en Silicon Valley.

Cuando asumió el cargo en AMD en 2014, la compañía se encontraba en una situación crítica, con acciones valoradas en menos de 3 dólares y una cuota de mercado en el sector de datos casi irrelevante. En la última década, las acciones de AMD han alcanzado los 130 dólares, superando en valor a Intel y aportando potencia a los dos superordenadores más potentes del mundo, consolidando lo que se conoce como la "década de Su".

Lo fascinante de la trayectoria de Su es su enfoque profundamente técnico. Con un doctorado en ingeniería eléctrica del MIT, ella no es una CEO que solo se enfoca en el marketing; se sumerge en el laboratorio y entiende cada aspecto de la tecnología que dirige. Este conocimiento ha sido fundamental para realizar apuestas audaces en lugar de seguir ciegamente las tendencias de la industria, como fue el caso de su decisión de concentrarse en procesadores potentes mientras otros miraban al mercado de smartphones.

Su apuesta por la nueva arquitectura Zen ha revolucionado la industria, enfocándose en relaciones sólidas con los clientes en lugar de buscar limelight mediático. Esta estrategia ha permitido a AMD ganar terreno en centros de datos, capturando un 34% del mercado, mientras Intel enfrentaba problemas técnicos persistentemente.

A pesar de estos logros, no todo ha sido un camino de rosas. En el ámbito de las GPU, tanto para juegos como para inteligencia artificial, AMD aún está a la zaga de NVIDIA, que controla aproximadamente el 95% del mercado de IA. La compañía espera generar 5.000 millones de dólares en ventas de chips de IA, aún lejos de la preeminencia de NVIDIA.

Además de la competencia en hardware, NVIDIA ha construido un ecosistema de software dominante con CUDA, que se ha convertido en el estándar en IA. Los desarrolladores tienden a escribir códigos pensando en chips de NVIDIA, lo que representa un desafío considerable para AMD, que tendrá que ser paciente y astuta en su estrategia. En lugar de revolucionar el mercado de la noche a la mañana, AMD está construyendo su camino hacia el éxito, comenzando por nichos como la inferencia de IA.

La lección que deja esta historia es clara: el éxito de Su demuestra que la comprensión profunda de la tecnología es fundamental para un CEO en el sector tecnológico, por encima de la carismática personalidad. El futuro de AMD en la IA puede parecer complicado a corto plazo, pero la visión técnica, la determinación y la paciencia pueden ofrecer sorpresas en el largo plazo.

Diez años después de rescatar a una compañía al borde de la quiebra, Lisa Su continúa demostrando que el liderazgo innovador no necesita de fuegos artificiales, sino de un plan cimentado en la ingeniería y la estrategia. El camino por delante será desafiante, pero si alguien puede lograrlo, esa figura es Lisa Su.