La impactante verdad detrás de Enric Marco, el impostor que engañó a todos en la Amical de Mauthausen
2024-11-06
Autor: David
¿Cómo pudo un hombre vivir en la mentira durante tanto tiempo? Enric Marco Batlle, quien llegó a ser presidente de la Amical de Mauthausen y defensor de los deportados, pasó su vida construyendo una narrativa falsa que lo llevaron a convertirse en un personaje público admirado, pero que nunca pasó por un campo de concentración nazi.
La revelación de su impostura llegó en un momento crucial: justo antes de los actos conmemorativos del 60 aniversario de la liberación de Mauthausen en 2005. Aunque su trayectoria se vio envuelta en un halo de misterio durante años, muchas voces en el ámbito histórico comenzaron a cuestionar su testimonio desde que ocupó cargos en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Juan Manuel Calvo, actual presidente de la Amical, recuerda cómo Marco hablaba de su supuesta deportación y su paso por los campos nazis, pero siempre rodeado de contradicciones. La curiosidad y la sospecha sobre su historia llevaron a varios historiadores a investigar más a fondo. Benito Bermejo fue uno de ellos, quien descubrió que Enric Marco no solo no fue deportado, sino que en realidad se alistó voluntariamente a una expedición de trabajadores enviados a Alemania por el régimen franquista.
Bermejo recuerda: "Cuando investigué, encontré documentos que confirmaban que había estado en un campo de trabajo del régimen franquista, no en ninguno de los campos de concentración nazis. Franco mandó a trabajadores a Alemania para mantener su industria militar, y Marco decidió participar en esto por voluntad propia."
Estos descubrimientos no solo desmantelaron la imagen de Marco como víctima del régimen nazi, sino que también revelaron cómo logró captar la atención y la simpatía del público. Su habilidad para contar historias, respaldada por un discurso aún más persuasivo, lo convirtió en el centro de atención, incluso llegando a ser un portavoz de los verdaderos deportados, quienes se sintieron silenciados por su populismo en la narrativa de los horrores del nazismo.
La cauda de su mentira finalmente se desmoronó cuando, acorralado y frente a denuncias concretas, Marco confesó ante sus compañeros en 2005 que nunca había estado en un campo de concentración. ¿Imaginen el impacto de estas palabras entre aquellos que habían creído en su historia? La decepción fue abrumadora y su reputación caerá estrepitosamente.
La película 'Marco', que explora esta compleja historia, ha desatado un intenso debate sobre la memoria histórica y la representación de los sobrevivientes reales de la barbarie nazi. A lo largo de los años, Marco no solo fue un impostor; también se convirtió en un símbolo de cómo la búsqueda de reconocimiento y protagonismo puede distorsionar la historia y silenciar las voces auténticas de aquellos que realmente vivieron el dolor de la deportación. Su historia es un recordatorio aterrador de que, a veces, quienes más alto gritan sobre su sufrimiento pueden no haberlo experimentado en absoluto.