La reciente temporada 2024 de Fórmula 1 ha comenzado llena de polémicas, recordando los momentos más controvertidos del pasado. Uno de los incidentes más discutidos ocurrió en el Gran Premio de Gran Bretaña, donde Max Verstappen y Lewis Hamilton se enfrentaron en una batalla intensa que resultó en una colisión significativa, dejando a Verstappen estrellado contra el muro. A pesar de las peticiones de sanciones contra Hamilton, el entonces director de carrera, Michael Masi, argumentó que no se podía imponer una exclusión sin escuchar a los pilotos involucrados.

Sin embargo, la situación de Nico Hülkenberg en el último Gran Premio ha reavivado el debate sobre la coherencia de la FIA. En esta ocasión, Hülkenberg sufrió un trompo que dejó su vehículo inoperativo. Cuando los comisarios llegaron a asistirlo, el motor del coche se reinició tras un empujón, lo que contradice la normativa que prohíbe cualquier tipo de asistencia externa. A pesar de sus esfuerzos por continuar en la carrera, Hülkenberg recibió la temida bandera negra, la cual no se veía desde 2007.

Esta situación ha generado críticas entre los fanáticos y expertos de la F1, quienes cuestionan la consistencia en la aplicación de las reglas. Por ejemplo, en 2007, tanto Giancarlo Fisichella como Felipe Massa fueron excluidos por cruzar el semáforo rojo del pit lane. A lo largo de los años, han existido escasos incidentes que justificaran el uso de la bandera negra, lo que convierte esta situación en un caso excepcional.

La FIA se encuentra, nuevamente, en la mira por sus decisiones controvertidas, y muchos se preguntan si cambiarán sus criterios en el futuro. Las críticas no han tardado en llegar, y los aficionados exigen respuestas claras. ¿Está la FIA verdaderamente comprometida con la justicia en la competición, o se permiten contradicciones que afectan a los pilotos como Hülkenberg? Como siempre, solo el tiempo lo dirá.