Impactantes revelaciones sobre la familia detrás de Lego han dejado a muchos con la boca abierta. La compañía danesa, conocida por sus juguetes que fomentan la creatividad y la sostenibilidad, proclama en su sitio web su compromiso con el medio ambiente, afirmando: "Queremos que los niños hereden un planeta saludable. Haremos lo que haga falta para lograrlo, no hay tiempo que perder".

Sin embargo, la realidad que emerge es muy diferente, ya que los Kirk Kristiansen, herederos de la fortuna del carpintero Ole Kirk Christiansen, creador de Lego en 1932, han sido denunciados por su excesivo uso de jets privados. Estos jets han volado más de 300 veces solo en 2022 y 2023, llevando a la familia a destinos de lujo como París, Londres, Ibiza y Florida, a pesar de que los aviones privados son ampliamente reconocidos como una de las formas más contaminantes de transporte.

Un estudio de Morten Winther, experto en cambio climático, destaca que estos jets emiten hasta 17 veces más gases de efecto invernadero por pasajero que un vuelo comercial regular. Esta discrepancia ha provocado un oleaje de críticas en un reciente documental titulado 'Los aviones privados de los superricos', donde la familia Kirk ha acaparado la atención por su contradictorio estilo de vida frente a sus declaraciones sobre sostenibilidad.

Tradicionalmente, la familia ha mantenido un bajo perfil, con la excepción notable de Anders Kirk Johansen, conocido por su gusto por el lujo y escándalos, como su famoso y polémico accidente con un Suzuki Jimni. Sin embargo, las acusaciones actuales han puesto en entredicho la imagen pública de Lego, ya que sus promesas ambientales quedan empañadas por el uso ostentoso de jets privados, que son patrimonio de Kirkbi, la empresa que controla el 75% de Lego.

A pesar de las críticas, la familia ha intentado justificar su comportamiento, argumentando que están comprometidos a reducir su huella de carbono, pero los hechos hablan por sí solos. Sus vuelos frecuentes están, en su mayoría, relacionados con eventos de hípica, una pasión notable dentro de la familia, donde poseen importantes establos y participan activamente en competencias ecuestres. En los últimos años, sus jets han volado en múltiples ocasiones a eventos relacionados con la equitación.

El documental ha revelado que durante los años de pandemia, los vuelos disminuyeron, pero han resurgido notablemente, lo que ha llevado a una conversación en toda Dinamarca sobre la ética detrás del estilo de vida de los superricos en un mundo donde la lucha contra el cambio climático es crítica.

El dilema de la familia Kirk plantea una pregunta crucial: ¿puede realmente una empresa que promueve la sostenibilidad ser auténtica mientras sus dueños practican hábitos tan contrarios a esos ideales? Solo el tiempo dirá si estas controversias afectarán la relación de Lego con su base de clientes conscientes del medio ambiente. La doble moral en la vida de los Kirk, una familia inmersa en contradicciones, nos recuerda que el cambio hacia un futuro más verde necesita más que palabras; requiere acción genuina.