La tradición de la Lotería de Navidad en España se vive con gran fervor, y este año no fue la excepción. Un grupo de valencianos, encabezados por Lucía y María y acompañados de sus maridos e hijos adolescentes, acudió al Teatro Real con una pancarta que decía: 'Queremos el gordo para Valencia'. Este símbolo de esperanza resuena especialmente tras los difíciles meses que han enfrentado, donde la solidaridad y el apoyo mutuo fueron fundamentales en sus comunidades.

El ambiente en el Teatro era electrizante. Pijamas, disfraces navideños, luces brillantes y gorros festivos adornaban el patio de butacas, que estaban llenos de nervios y expectativas. A pesar de la multitud, dos amigos, José Antonio y Pedro, se destacaban como auténticos 'grinch', pero en el buen sentido. Relataron que se conocieron en el Camino de Santiago y decidieron vivir el sorteo en primera fila este año. "Las entrevistas con los medios nos ayudan a quedarnos despiertos, la noche al raso puede ser dura", indicaron, mientras otros asistentes luchaban por no dormir escuchando el tonillo de la lotería.

El momento clave llegó cuando el Gordo, el número 72.480, fue anunciado. Aunque el pánico se apoderó de algunos al creer que era su número, rápidamente se dieron cuenta del error. En medio de la confusión, Yadira, una de las niñas encargadas de cantar los números, cometió un pequeño desliz que provocó risas y corregido de inmediato por un funcionario de Loterías. 'Un chico me dijo que lo cantara', se disculpó entre aplausos, mostrando que los nervios también son parte del espectáculo.

Hablando de niños, el sorteo incluyó momentos entrañables. Pequeñas Martina, Valeria y Adriana, de 10, 8 y 3 años respectivamente, estaban presentes apoyando a su padre, quien trabajaba como interventor. También se destacó la pequeña Noa, de apenas un año, que con gran paciencia soportó casi todo el evento en brazos de su padre. En contraste, algunas figuras notables, como un obispo, decidieron abandonar el lugar más temprano tras el anuncio del Gordo.

Mientras tanto, al final del evento, la emoción se mantenía alta, pero la espera del segundo gran premio se hizo evidente en el aire. A pesar de que el ánimo comenzó a decaer, los amigos de A Coruña, apodados 'Capitán Pescanova', traían incluso redes para atraer la suerte. Sin embargo, al final, encontraron que ser parte de esta experiencia histórica lo era todo, y afirmaron que repetirían la experiencia el próximo año.

La Lotería de Navidad no solo es un evento de suerte, sino una celebración que une a las familias y comunidades en torno a la esperanza, la alegría y la posibilidad de un cambio en sus vidas. ¡El próximo año podría ser el tuyo!