País

La Dramática ‘Alerta Roja’ que Sacudió la Diputación en el Día de la DANA

2024-11-11

Autor: Manuel

El 29 de octubre, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) desató un caos en la Comunidad Valenciana, poniendo de manifiesto la desconexión entre las diferentes comarcas y el área metropolitana de Valencia. Mientras los ríos de la Ribera y Utiel-Requena se desbordaban, en la capital las actividades continuaban casi sin sobresaltos. El contraste era evidente: el agua caía torrencialmente en los pueblos mientras en el centro político, el Palau de la Generalitat, el president era sorprendentemente inactivo, atendiendo su agenda habitual.

A las 5 de la mañana, la lluvía ya comenzaba a hacer estragos en la Ribera; sin embargo, el presidente provincial, Vicent Mompó, permanecía en su oficina planeando la apertura de un evento. Por la tarde, a las 19 horas, recién empezaba a tomar medidas en la crisis al delegar la gestión en la consellera Salomé Pradas.

A las 10:30, Mompó y el diputado de bomberos, Avelino Mascarell, finalmente se dirigieron a l'Alcúdia. Allí, se dieron cuenta de la magnitud del desastre, participando en el rescate de tres personas atrapadas. También, a lo largo del día, Sálome Pradas, al recibir alertas de la alcaldesa de Carlet, comenzó a movilizar recursos importantes, activando la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Centro de Control Operativo, poniéndose en acción ante una situación crítica.

En Utiel, a las 15 horas, el río Magro se desbordó, y el alcalde Ricardo Gabaldón tomó medidas tempranas al suspender las clases en el instituto. Esta decisión, aunque cuestionada inicialmente, evidenció la percepción aguda del peligro en la región. La intensa lluvia ya había causado estragos, y el desbordamiento del río era inminente, llevando a muchas autoridades a actuar rápidamente para salvaguardar a sus ciudadanos.

A las 18:35, el clima se tornó más desastroso cuando Laura Sálome, alcaldesa de Carlet, alertaba sobre un posible desbordamiento inminente en su localidad. Mientras esa tarde las clases ya se habían cancelado, un tornado azotó Carlet, volando puertas y otros objetos, aunque, milagrosamente, no se reportaron heridos. La urgencia era palpable, y los municipios se comunicaban entre ellos constantemente, formando una red de alerta para ayudar a gestionar la crisis.

Este día trágico resaltó la importancia de la colaboración entre las distintas administraciones y cómo, en situaciones extremas, la rapidez en la toma de decisiones puede ser crucial para salvar vidas. Sin embargo, quedó claro que la percepción de riesgo y la preparación frente a eventos climáticos severos deben ser una prioridad para evitar futuras catástrofes. La comunidad está ahora en la espera de evaluaciones y medidas de prevención para que el caos del 29 de octubre no se repita en el futuro. ¿Está la Diputación lista para enfrentar el siguiente desafío climático? ¡El tiempo lo dirá!