Salud

La cruda realidad de los pacientes con COVID persistente: “Los años pasan y muchos estamos empeorando”

2025-09-03

Autor: Carmen

Un destino incierto tras la infección

La vida de Mamerto Moreno dio un giro drástico en diciembre de 2021. Tras casi 20 años como auxiliar de enfermería en un centro psiquiátrico en Cataluña, el COVID-19 llegó a su vida de una manera devastadora. A pesar de haber tenido el virus antes, esta vez la situación era diferente. El virus lo consumió sin piedad, transformando su existencia.

"Caímos todos", relata Mamerto desde su hogar en L'Aleixar, Tarragona. Su esposo se recuperó rápidamente, pero para él, el COVID fue el principio de una larga batalla por su salud. Hoy, a sus 42 años, depende de una silla de ruedas eléctrica y toma más de 20 medicamentos diariamente, que incluyen anticoagulantes y antidepresivos.

La lucha contra la COVID persistente

Moreno es miembro de la Red Española de Investigación en COVID Persistente (REiCOP). Este síndrome postvírico ha afectado a aproximadamente 400 millones de personas en todo el mundo, y en España, casi una de cada cuatro personas contagiadas lo ha sufrido. La falta de un consenso definitivo sobre la enfermedad complica aún más su diagnóstico y tratamiento.

Un reciente estudio en **JAMA Network Open** revela que la prevalencia de COVID persistente puede variar entre el 15% y el 42%, dependiendo de la definición utilizada para la enfermedad. Lauren Risk, la autora principal, advierte que esta confusión en las definiciones afecta drásticamente la comprensión y tratamiento de los pacientes.

Una atención médica insuficiente

La doctora Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de REiCOP, señala que la falta de una definición uniforme basada en pruebas objetivas está creando un laberinto para profesionales de la salud y pacientes. "Es necesario consensuar definiciones para poder avanzar en investigaciones que busquen tratamientos eficaces", afirma.

La frustración de los pacientes como Mamerto es palpable. Él describe su situación como un "maltrato administrativo y sanitario". A pesar de contar con una pensión, ha tenido que gastar más de 3,000 euros en adaptaciones para su hogar, buscando al menos mantener una calidad de vida básica.

Pacientes olvidados en su sufrimiento

Delphine Crespo, de 52 años, quien también padece COVID persistente, comparten la misma inquietud. Desde que contrajo el virus en marzo de 2020, sus síntomas han incluido fatiga crónica y dolor muscular. "Los años pasan y muchos estamos empeorando. Demandamos acción inmediata y ensayos clínicos reales", expresa desde su hogar en Zaragoza.

Su experiencia refleja la desazón en la comunidad de pacientes, quienes sienten que sus síntomas son minimizados o incluso ignorados por los médicos. La investigadora Lauren Risk reconoce que su estudio ha dejado muchos aspectos sin abordar, lo que evidencia la complejidad y variedad de la enfermedad.

Un futuro incierto

El dramático estado de Mamerto se hizo evidente tras un reciente ingreso a la UCI, donde sufrió graves complicaciones debido a la enfermedad. Su esposo, Raúl Cerilla, relata cómo su vida ha cambiado radicalmente. "Si no estuviera en casa, Mamerto ya no tendría el brazo", reflexiona.

Delphine, a su vez, ha experimentado incredulidad por parte del personal médico. Algunos le han insinuado que su sufrimiento es únicamente un problema psiquiátrico, lo que evidencia un sesgo de género en el tratamiento de enfermedades como esta.

Una nueva esperanza en la investigación

La doctora Rodríguez Ledo advierte que, sin una definición común, no se podrán comparar los resultados de diferentes estudios sobre COVID persistente. REiCOP está trabajando en una nueva investigación para establecer una definición probabilística que permita observar y entender mejor esta dolencia debilitating.

Mientras tanto, pacientes como Mamerto y Delphine continúan luchando contra esta sombra que ha transformado sus vidas. Esperan que llegue el día en que no sean olvidados y que sus voces sean escuchadas. La sociedad tiene la responsabilidad de no dejar atrás a aquellos que han pagado un precio tan alto por esta pandemia.

Un cambio irreversible en sus vidas

Hoy en día, Mamerto y Delphine representan a un creciente número de personas afectadas por COVID persistente. El impacto en sus vidas ha sido devastador; desde la pérdida de su bienestar físico hasta un aislamiento emocional profundo. Mamerto, una vez la vida de la fiesta y el alma de cada reunión, ahora vive atrapado en un cuerpo que no responde como antes: "Tengo 42, pero estoy atrapado en el cuerpo de una persona de 80 años".

Con la esperanza de que nuevas investigaciones lleguen a buen puerto, Mamerto y Delphine son ejemplos claros de la urgencia que hay en la comunidad médica para comprender y atender adecuadamente el COVID persistente. La lucha continúa.