Las alegrías en el aeropuerto de Vigo no duraron mucho. Apenas una semana después de celebrar un notable crecimiento a pesar de múltiples inconvenientes, Ryanair ha empezado a recortar sus operaciones. La guerra entre la aerolínea irlandesa y Aena, provocada por un aumento de tasas el año pasado, costará a los pasajeros de Vigo la eliminación de 40.000 plazas en la ruta a Barcelona, convirtiéndose en uno de los aeropuertos más damnificados a nivel nacional con un total de 12 rutas afectadas.

La aerolínea ha decidido cancelar cuatro vuelos semanales hacia El Prat durante la temporada alta, justo cuando había registrado más de 40.000 asientos disponibles el año anterior. Vigo no solo lucha en un mercado difícil, sino que ahora se encuentra con una reducción drástica en su oferta, quedando, al menos por ahora, solo con la conexión a Londres-Stansted, que cuenta con el respaldo financiero del Concello de Vigo, gracias a un acuerdo de 625.000 euros al año.

El impacto en Galicia será severo, con una reducción total de 410.000 plazas entre Vigo y Santiago, donde se eliminarán rutas y uno de los tres aviones que opera actualmente. Mientras otras ciudades como Alicante y Málaga ven un aumento en la oferta de vuelos, Galicia se enfrenta al desafío de mantener su conectividad.

El mensaje de Ryanair es claro: necesitan que Aena reduzca sus tasas. La Country Manager para España y Portugal, Elena Cabrera, enfatizó la buena infraestructura de los aeropuertos regionales en comparación con su baja utilización. A pesar de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha bloqueado un nuevo aumento de tasas, Cabrera sostiene que esto no es suficiente y que, a menos que se actúe, las aerolíneas seguirán cerrando rutas.

Esto pone de relieve el creciente descontento entre las aerolíneas de bajo costo y Aena, lo que podría tener repercusiones más amplias en la economía turística gallega, que depende en gran medida de estas conexiones aéreas. Cabrera también criticó las multas impuestas por el Gobierno, alegando que estas van en contra de las regulaciones europeas y perjudican a los pasajeros.

Por otro lado, Aena se defendió diciendo que la tarifa promedio que pagarán las aerolíneas se mantendrá estable en 10,35 euros por pasajero, una de las más bajas de Europa, y que esto ha permitido un aumento del 8,7% en el tráfico general de pasajeros en los aeropuertos españoles el año pasado, alcanzando los 66 millones.

La lucha entre Ryanair y Aena está lejos de terminar. Mientras esto pueda sonar a una simple disputa empresarial, las consecuencias de estas decisiones afectarán a miles de pasajeros este verano. ¿Cómo afectará esta guerra a future conectividad de Galicia? Solo el tiempo lo dirá.