La normalidad institucional que intentó sabotear Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, sigue en pie a pesar de su plantón al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La prueba más clara son los encuentros que se celebraron este viernes en Moncloa, donde Sánchez se reunió con las dirigentes autonómicas de Baleares y Extremadura, ambas del Partido Popular (PP), Margalida Prohens y María Guardiola respectivamente.

Estas reuniones forman parte de una serie de encuentros que Sánchez ha estado organizando durante semanas para fomentar el diálogo entre la Administración Central y las comunidades autónomas, centrándose en la crucial cuestión de la financiación autonómica. Este tema ha cobrado relevancia tras el pacto entre PSC y ERC, que ha permitido a los socialistas catalanes asegurar los votos de los republicanos para investir a Salvador Illa como president de la Generalitat.

Mientras todos los presidentes autonómicos, incluidos los del PP, asistieron a estas citas, Ayuso optó por ausentarse. La invitación para que participara en este encuentro se había formalizado la semana pasada. Tras meditar la propuesta, decidió declinarla. En un comunicado oficial, justificó su decisión alegando que la reunión era parte de una serie de encuentros que surgieron tras un pacto con los independentistas que considera dañino para la unidad y la legalidad en España.

Ayuso también expuso que el clima actual no es propicio para el diálogo, especialmente tras las recientes acusaciones del Gobierno hacia ella. Afirmó que "menos de 24 horas antes de la reunión, el presidente Sánchez lanzó graves acusaciones en su contra mientras estaba en Bruselas, justo en el momento en que se celebraba su viaje oficial". Esta situación ha desatado una serie de críticas hacia el Ejecutivo por su falta de respeto hacia las instituciones.

El presidente del Gobierno valoró recientemente las investigaciones en curso acerca de la pareja de Ayuso, un tema que ha creado una tormenta mediática y ha alimentado la tensión dentro del PP. Tras la decisión de Ayuso, muchos políticos y líderes del PP han expresado tanto su apoyo como su disenso, reflejando una brecha en el partido.

En este escenario, Margalida Prohens de las Baleares, aprovechó su reunión con Sánchez para rechazar el trato preferencial a Cataluña y exigir una "conferencia de presidentes" donde las voces de todas las comunidades autónomas sean escuchadas. También se habló del crítico problema de la vivienda en Baleares, donde los precios han crecido exponencialmente, demandando la atención del Gobierno para evitar una crisis habitacional.

"Las Islas Baleares no pueden asumir más presión migratoria", advirtió Prohens al mencionar que este año han llegado alrededor de 4,000 migrantes, de los cuales más del 60% son menores no acompañados. Argumentó que la situación no se trata de un asunto de solidaridad, sino de capacidad: "No tenemos capacidad. El Gobierno tiene que comprometerse más con la situación que estamos viviendo", remarcó.

Además, Prohens destacó la necesidad de transformar el modelo turístico en las Islas Baleares hacia uno más sostenible, ya que el turismo masivo está afectando de forma alarmante el poder adquisitivo de los locales. "Estamos orgullosos de ser una comunidad turística, pero no podemos permitir que esto signifique perder calidad de vida para nuestros habitantes", concluyó.

La ausencia de Ayuso en este y otros encuentros genera interrogantes sobre su liderazgo dentro del PP y su capacidad de mantener la cohesión en momentos tan críticos. Mientras tanto, la tensión en la política española aumenta y sus repercusiones podrían ser significativas a medida que se acercan próximas elecciones.