La lucha contra el yihadismo en España está tomando un giro inquietante al centrar su atención en Tayikistán, que se ha consolidado como un foco vital de amenaza terrorista. En particular, la región de Badajshan se ha convertido en un enclave estratégico donde la organización del Estado Islámico de la Provincia de Jorasán (ISKP) ha comenzado a atraer tanto a excombatientes como a nuevos reclutas. Desde este territorio, que hace frontera con Afganistán, se planean ataques dirigidos a Occidente. La información proporcionada por fuentes de servicios de inteligencia revela que esta filial del Estado Islámico tiene la “capacidad humana, medios materiales y conocimiento” para llevar a cabo ataques mediante “células durmientes” en Europa, lo que representa una amenaza más seria que los ataques individuales que hemos presenciado en los últimos años.

El informe de las actividades antiterroristas en España durante 2024 destaca que la amenaza yihadista permanece constante y activa en todo el país. En el último año, las fuerzas de seguridad han llevado a cabo 12 operaciones que han resultando en 81 detenciones relacionadas con el yihadismo, siendo 25 de ellas en Cataluña. Este dato alarmante señala que estamos alcanzando niveles no vistos en dos décadas, recuperando índices similares a los de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Un análisis de las operaciones llevadas a cabo sugiere que existe un alarmante aumento de menores adoctrinados a través de redes sociales, así como el riesgo de que los presos yihadistas no se rehabiliten adecuadamente al salir de prisión y la amenaza inminente que suponen los excombatientes que regresan de zonas de conflicto.

Cataluña: El epicentro del yihadismo en España

En Cataluña se concentran tres de cada diez arrestos por yihadismo, lo que pone de manifiesto la preocupación de las autoridades por esta región específica. La policía tiene alerta varios puntos críticos en sus mapas, siendo uno de ellos el Sahel, donde la influencia de las organizaciones terroristas está en aumento, mientras que Europa se queda “sin ojos” en la zona debido a los repliegues militares. La situación en Oriente Medio, en particular tras el ataque terrorista de Hamas el 7 de octubre de 2023, también ha generado un repunte en la actividad propagandística del yihadismo, con efeitos insidiosos en poblaciones vulnerables, sobre todo menores de edad.

Concentrándose en Asia Central, el auge del ISKP, que ha cobrado fuerza tras la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y la toma del poder por los talibanes, está repercutiendo directamente en la lucha antiterrorista en España. Los recientes atentados, como el ataque en una iglesia de Estambul, un suicidio en un cementerio iraní y un tiroteo en Moscú, están relacionados por la acción de células terroristas que esperaban su oportunidad, dirigidas por el ISKP.

Las fuerzas de seguridad advierten que los excombatientes de la yihad, que regresan solos o bajo órdenes de sus organizaciones, están empezando a involucrarse en el crimen organizado transnacional para infiltrarse en Europa a través de rutas migratorias. Sin embargo, aseguran que el vínculo entre inmigración y terrorismo es “infundado”. En este contexto, la colaboración internacional se torna crucial: tras los cierres de fronteras durante la pandemia, ha emergido un modelo de actores solitarios que se autoadoctrinan, pero la amenaza de grupos organizados y entrenados es más sofisticada y peligrosa.

Reflexiones finales

Ante esta alarmante situación, es imperativo que los países occidentales, incluidos España y sus vecinos, intensifiquen sus estrategias de vigilancia y colaboración internacional. La inteligencia compartida y la cooperación en seguridad son ahora más urgentes que nunca; el futuro de la paz y la seguridad puede depender de ello. La participación de Tayikistán en este contexto se vuelve esencial, no solo para su propia estabilidad, sino para la seguridad global en la lucha contra el terrorismo yihadista.