El pasado fin de semana se vivió una de las jugadas más extrañas en mucho tiempo en el fútbol español. Durante el partido entre el Zaragoza y el Racing de Santander, el árbitro Sesma Espinosa tuvo una decisión muy discutida que generó gran controversia tanto en el campo como en los medios.

Al minuto 32, tras una jugada que parecía usual, Arana, del Racing, robó la pelota y asistió a Pablo Rodríguez, quien anotó el primer gol de los visitantes. Aunque inicialmente el gol fue validado, el VAR intervino, pidiendo al colegiado que revisara una supuesta infracción.

La acción se centró en que Arana se encontraba dentro del área al momento en que el portero del Zaragoza, Poussin, iba a sacar de meta, un hecho que está prohibido por el reglamento del fútbol. Sin embargo, esta situación es recurrente en el juego y suele pasar desapercibida, por lo que muchos esperaban que esta vez no fuera la excepción.

A pesar de ello, Sesma decidió validar el gol tras revisar la jugada en el monitor del VAR. En el análisis del árbitro, él asumió que Arana estaba tratando de salir del área cuando se produjo el saque y que no tuvo tiempo suficiente para hacerlo, lo que llevó a su decisión de dejar el gol en pie.

El árbitro comentó a su entorno: "Quiero que me des toda la jugada para ver si él estaba saliendo o se quedó adrede para robar ese balón". Esta interpretación, si bien adolece de una falta de claridad en la aplicación del reglamento, pone de relieve la difícil posición de los árbitros ante situaciones como esta.

La reacción de Víctor Fernández, técnico del Zaragoza, fue contundente. En rueda de prensa, expresó su desacuerdo con la decisión, argumentando que la regla es clara: no puede haber un jugador adversario en el área durante el saque de un portero.

Con sabido conocimiento del reglamento, sugirió que la falta de aplicación de la norma fue incierta y que, aunque la decisión pudo ser valiente, también suscitó inquietud sobre la consistencia del VAR.

La controversia se extendió en los medios, donde muchos analistas debatieron sobre los límites de la interpretación y la aplicación del reglamento en tiempo real. Algunos apoyaron la decisión del árbitro, considerándola un reflejo del juego vivo y dinámico, mientras que otros la calificaron como una falta de respeto a las normas del fútbol.

En este dilema, no solo se cuestionó la capacidad del árbitro para interpretar la acción, sino también el impacto del VAR en el fútbol moderno.

Finalmente, la indignación de Fernández dejó claro que, a pesar de los intentos de aclarar la situación, sentimientos de frustración y confusión todavía imperaban. "En jugadas como hoy, no sé qué razón de ser tiene el VAR. Los que están allí conocen el reglamento y deberían actuar con más claridad.

Esto no es solo sobre una decisión, es sobre la integridad del juego mismo", concluyó el entrenador.

La situación invita a una reflexión profunda sobre el papel del VAR en el fútbol, cuestión que probablemente seguirá siendo objeto de debate en los próximos días, especialmente en el contexto de la inminente fecha FIFA, donde se espera un análisis crítico no solo de decisiones arbitrales sino también de la excelencia técnica en el retorno de los campeonatos locales.