El desempleo notificado por el SEPE alcanzó a 2,5 millones de personas en septiembre, pero las cifras reales se elevan hasta 3,35 millones de parados, generando una gran preocupación en el ámbito laboral español. Sorprendentemente, España solo creó 8.805 empleos en lo que ha sido el peor septiembre en cinco años, mientras que se sumaron 3.164 nuevos parados. Esta situación plantea serios interrogantes sobre la salud del mercado laboral nacional y las políticas que se están implementando para fomentar el empleo.

Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y Economía Social, ha manifestado su deseo de que los contratos bonificados por la reducción de jornada ayuden a disminuir el alto número de parados actuales. Estas medidas son fundamentales, especialmente en un contexto donde los costes laborales no dejan de aumentar, lo que pone en riesgo la estabilidad de muchos puestos de trabajo a medio y largo plazo.

Además, el final de la temporada turística, que tradicionalmente ha sido un pilar importante para la creación de empleo en España, ha agravado aún más la situación. En este sentido, los expertos advierten que la economía española tendrá que enfrentar serios retos en los próximos meses, a medida que el país se adentra en el tiempo de otoño, comúnmente asociado a un incremento en las tasas de desempleo.

Es imperativo que el gobierno tome medidas efectivas y urgentes para cerrar esta alarmante brecha entre el paro registrado y el real, que de no abordarse, podría derivar en una crisis laboral aún más profunda. ¿Logrará el gobierno encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde?