País

La Albufera de Valencia y la DANA: la tragedia que nadie vio venir

2024-12-21

Autor: Marta

Ha pasado más de un mes y medio desde que la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) devastó diversas localidades del Horta Sud y los alrededores de Valencia, dejando a su paso un panorama desolador de pérdidas humanas, comunitarias, económicas y ecológicas. El gobierno de la Generalitat se enfrenta a duras críticas, especialmente hacia el Conseller Mazón, acusado de negligencia en la gestión de la crisis, y señalado como responsable de más de 220 muertes. A esto se suma el grave daño ecológico infligido a barrancos, ríos y marjales, siendo el parque natural de la Albufera el más perjudicado debido a su delicada situación medioambiental.

¡La Albufera: un tesoro natural en peligro constante!

La Albufera es el vasto lago que riega los arrozales y sitio de recreo para miles de familias valencianas. No es solo un ícono de belleza, sino un pilar de la cultura local, habiendo sido fuente de inspiración para autores como Vicente Blasco Ibáñez. Sin embargo, esta joya ecológica ha sido víctima de amenazas constantes. En la década de los 70, el lago colapsó y jamás logró recuperarse completamente.

Este parque natural abarca el lago, arrozales, marjales, el bosque de la Devesa y sus dunas circundantes, sumando alrededor de 20,000 hectáreas. Las aguas del lago sufren de contaminación severa debido a vertidos de aguas residuales urbanas e industriales desde los años 50, 60 y 70. Ya en la década de los 70, el agua del lago perdió su claridad, convirtiéndose en lo que muchos llaman "sopa verde" por el exceso de nutrientes que fomentan el crecimiento descontrolado de algas.

Los niveles de nitrógeno y fósforo en el agua superan lo aceptable para un lago saludable, lo que complica aún más la situación. Sin vegetación acuática capaz de realizar fotosíntesis, se rompe la cadena trófica, y las comunidades biológicas que rodean el lago están en un estado de desgaste.

Asumir responsabilidades es clave para la restauración

La gestión de aguas residuales es otro de los problemas críticos para la Albufera. En lugar de contar con una depuración adecuada, el sistema actual de tratamiento de aguas de la zona envía flujos a la planta de Pinedo, que ya estaba al límite antes de la DANA. Este colector presenta fallos estructurales que aumentan con las lluvias intensas, provocando desbordamientos y la mezcla de aguas residuales con aguas pluviales en el lago.

Las soluciones propuestas, como la construcción de nuevas depuradoras y tanques de tormenta, han encontrado resistencias políticas y comunitarias. Así, a pesar de la urgencia de implementar medidas, la falta de voluntad política ha retrasado un normal funcionamiento que podría ayudar en la restauración del ecosistema.

El día siguiente a la tormenta fue caótico, con más de 120 hm³ de agua entrante en un corto período, un volumen que se obtiene en un año y medio. A pesar de que podría haber sido un alivio inicial, la necesidad de encontrar desaparecidos condujo a vaciar el lago a niveles mínimos, empeorando aún más la situación.

Los desafíos ambientales actuales son alarmantes: residuos de microplásticos, productos químicos y otros contaminantes han sumergido el lago en una nueva crisis. Se estima que 170,000 m2 de suelo están afectados, poniendo en riesgo la salud tanto del agua como de los cultivos que dependen de ella.

El futuro de la pesca y la agricultura en peligro

La industria pesquera, crucial para la economía local, ha sufrido pérdidas devastadoras. Los pescadores de El Palmar y el Port de Catarroja se han visto obligados a dejar de operar, enfrentando pérdidas estimadas en 170,000 euros solo por la destrucción de redes y la pérdida de productos.

Agricultores de la región, como Pascual Alapont de la Cooperativa Agrícola San Pedro, reportan pérdidas que superan los 600,000 euros, con un millón de kilos de arroz mojados y en riesgo de pudrirse. La falta de apoyo institucional ha sido evidente, dejando a los trabajadores a merced de las autoridades.

La Albufera ha funcionado como un embalse natural, pero está claro que su situación es insostenible sin un tope de atención a las problemáticas del cambio climático. La comunidad ecologista insta a un enfoque colectivo y coordinado entre todos los actores implicados, enfatizando la urgencia de un plan de regeneración que sea realista, efectivo y adaptado tanto a las necesidades sociales como a las orientaciones ambientales.

Mientras la DANA sigue teniendo repercusiones palpables en la vida de miles de valencianos, la necesidad de actuar es ahora más urgente que nunca. La recuperación de la Albufera no solo es esencial para el medio ambiente, sino también para la conservación de la identidad y cultura de esta comunidad. El tiempo apremia, y la voluntad de trabajar juntos será decisiva para construir un futuro más sostenible.