(CNN) – Kim Kardashian, sin duda una de las figuras más influyentes en el mundo de la moda, ha sorprendido nuevamente a todos con su elección de accesorios. Este sábado, en la Gala de Arte y Cine del LACMA en Los Ángeles, la socialité apareció con un impresionante colgante de cruz que una vez perteneció a la icónica princesa Diana, capturando la atención de todos los presentes y de millones en redes sociales.

El collar, que Kardashian adquirió por la sorprendente suma de 163.800 libras (aproximadamente 212.000 dólares) en una subasta de Sotheby's, fue utilizado públicamente por primera vez desde la muerte de Diana en 1997. Este hecho histórico no ha pasado desapercibido, ya que la cruz, con un peso de 5,25 quilates y realizada por los joyeros de la corte británica Garrard, rememora una era de elegancia y sofisticación.

La pieza fue originalmente comprada en la década de 1980 por Naim Attallah, un empresario palestino-británico, quien prestó el collar a Diana en varias ocasiones, destacándose su uso en una gala benéfica en 1987. En esa ocasión, Diana combinó el collar con un vestido de terciopelo burdeos de Catherine Walker, creando un look inolvidable.

Kardashian, siempre creativa, decidió estilizar el collar de manera audaz, acortando la cadena de perlas y combinándola con varias piezas deslumbrantes, incluyendo una gargantilla de perlas de seis hilos. A diferencia del tono burdeos que eligió Diana, Kim optó por un look completamente blanco, lo que generó opiniones encontradas. Mientras algunos elogiaron su riesgo y modernidad, otros criticaron su elección de un escote profundo, argumentando que no era adecuado para un símbolo religioso tan significativo.

La conversación en línea se intensificó, con muchos cuestionando por qué se le permite a Kardashian ser la portavoz de estas piezas históricas, especialmente después del revuelo causado en 2022 por el vestido de Marilyn Monroe que había usado en la Gala del Met. Sin embargo, su elección de llevar el collar de Diana también ha sido vista como una oportunidad para mantener viva la memoria y legado de la princesa, un ícono de la moda y la filantropía.

Ahora la pregunta en el aire es: ¿seguirá Kim luciendo este emblemático collar o lo guardará como una joya en su vasta colección de modas? Al respecto, Kristian Spofforth, director de joyería de Sotheby’s, destacó su emoción al saber que una figura tan famosa como Kardashian se convertiría en la nueva propietaria de la pieza. "Es una joya que no solo representa la historia de la moda, sino también un fuerte símbolo de fe y elegancia", afirmó.

La Gala del LACMA no solo se convirtió en una pasarela de glamour, sino que también lanzó un nuevo capítulo en la historia de la joyería, y Kardashian, con su audaz elección, está en el centro de esta narrativa.