Las autoridades detienen la búsqueda de nuevas víctimas en Kwa Binzaro

Las autoridades de Kenia han decidido suspender la búsqueda de más cadáveres en una aldea costera tras descubrir 37 cuerpos en un presunto sitio relacionado con una secta cristiana en Kwa Binzaro, ubicado en el condado de Kilifi. Este alarmante hallazgo, reportado el 30 de agosto de 2025, ha reavivado la memoria de un escándalo similar ocurrido dos años atrás.

Investigaciones y exhumaciones frustrantes

La comisionada regional de la Costa, Rhoda Onyancha, informó que las exhumaciones comenzaron el 21 de agosto, logrando recuperar los 37 cuerpos y múltiples restos humanos. Concluidas las exhumaciones en las áreas identificadas, se planean autopsias y pruebas de ADN para identificar a las víctimas.

Sin descanso: búsqueda de más tumbas

A pesar de la suspensión de la búsqueda, los forenses permanecerán en el lugar en busca de tumbas no detectadas. Las autoridades también instan a las familias con parientes desaparecidos a acudir al hospital de Malindi para entregar muestras genéticas que faciliten las identificaciones. Lo que se busca es la verdad detrás de esta terrorífica saga.

Un vínculo escalofriante con la 'masacre de Shakahola'

Este macabro descubrimiento se relaciona con la 'masacre de Shakahola', donde más de 430 seguidores de una secta liderada por Paul Mackenzie, incluidos niños, perdieron la vida en un intento desesperado por "reunirse con Jesucristo". Este nefasto suceso ocurrió a unos 30 kilómetros de donde se hallaron los nuevos cadáveres.

Detenciones y juicios en curso

Hasta el momento, 11 sospechosos han sido arrestados, incluyendo a una mujer que compró la tierra donde fueron enterradas las víctimas. Sin embargo, los propietarios de la finca de Chakama niegan haberle vendido el terreno. Además, el juicio contra Mackenzie, detenido desde abril de 2023, continúa en diferentes tribunales, donde enfrenta cargos de terrorismo, asesinato y homicidio.

Echoes del horror: autopsias revelan la verdad

Las autopsias realizadas a las víctimas han revelado signos espeluznantes de inanición, estrangulamiento y asfixia. La comunidad está en shock, mientras afloran más preguntas sobre las atrocidades cometidas bajo el manto de una religión distorsionada.