Kamala Harris, la actual vicepresidenta de EE.UU. y candidata demócrata, realizó una visita a la frontera sur este viernes con un claro objetivo: fortalecer su posición frente al tema de la inmigración. Durante su discurso, adornado con un tono firme, afirmó: «EE.UU. es una nación soberana y tenemos el deber de establecer normas en la frontera y hacerlas cumplir».

Este viaje se produce en un contexto electoral complicado, donde la inmigración se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los votantes. La estrategia de Harris parece un intento por mitigar la narrativa de su oponente, Donald Trump, quien ha explotado este tema en su favor para captar a los sectores más conservadores del electorado.

Además, la administración de Biden, a la que Harris pertenece, ha enfrentado críticas tanto de la derecha como de la izquierda, lo que hace aún más esencial que la vicepresidenta logre presentar un mensaje claro y contundente sobre cómo planea manejar la crisis migratoria. Con la fecha de las elecciones del 5 de noviembre acercándose, cada movimiento cuenta.

Mientras tanto, Melania Trump ha culpado a los demócratas de crear una 'atmósfera tóxica' que, según ella, ha contribuido a los recientes intentos de asesinato contra su esposo, lo que ha generado un debate intenso sobre el clima político actual en el país.

La presión sobre Harris es evidente, ya que no solo debe abordar las inquietudes sobre la seguridad en la frontera, sino también ofrecer soluciones viables que resuenen con el electorado. Con el reloj en marcha y las elecciones a menos de un mes, el éxito de esta visita podría ser crucial para su campaña y la del partido demócrata en general.