En un ambiente de esperanza y unidad, Kamala Harris, la candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., cerró su campaña en Filadelfia con un poderoso llamado a la acción. Dirigiéndose a sus seguidores y, de manera implícita, a aquellos que aún no la apoyan, enfatizó la importancia de cada voto en unas elecciones que ella considera las más cruciales de nuestras vidas. Recordó cómo en 2016 el triunfalismo predominó en la campaña de Hillary Clinton, un error que no se podía repetir.

“Estamos en el momento justo, el impulso está de nuestro lado”, aseguró Harris a miles de asistentes. Sin embargo, a pesar de esa sensación de optimismo, la candidata hizo un llamado a la cautela, reconociendo que los resultados en Pensilvania, un estado clave con 19 votos electorales, serían determinantes en la contienda. La posibilidad de un reñido empate con su rival republicano hace que cada voto cuente más que nunca.

Harris instó a su equipo y a los votantes a no desmayarse: “Cada voto es importante, por eso hasta el último de ellos cuenta”, y ofreció información práctica sobre dónde y cuándo votar. Con un mensaje claro, recordó que el futuro de la democracia estadounidense está en sus manos.

Durante el evento, que fue una especie de gran espectáculo, Harris fue acompañada por artistas de renombre como Lady Gaga y Ricky Martin, que elevaban el espíritu de la multitud. A pesar de que la asistencia fue inferior a lo esperado, la energía en el lugar era palpable, un reflejo de la urgencia que siente su campaña.

Harris centró gran parte de su discurso en su "lista de tareas", que incluye soluciones urgentes como reducir el costo de vida, garantizar acceso a viviendas asequibles y asegurar que la atención médica sea un derecho básico. Estos temas son especialmente relevantes en Pensilvania, donde muchas familias enfrentan dificultades económicas.

Señaló además la importancia del derecho al aborto, afirmando que “las vidas de las mujeres están en juego en esta elección”. En su mensaje, también hizo mención especial a la necesidad de defender la democracia, un tema central en su campaña.

Tim Walz, el candidato a vicepresidente, brindó su apoyo a Harris desde Detroit y recordó a la audiencia la importancia de no dar nada por asumido, poniendo énfasis en la situación apremiante que enfrentan las mujeres en este momento.

Al final del evento, Kamala Harris hizo hincapié en la idea de que el voto es nuestra voz y nuestro poder, un mensaje que resonó con fuerza entre sus seguidores. “Voy a ser la presidenta de todos los estadounidenses. No es una lucha contra algo, sino por nuestra libertad y dignidad”, declaró.

Su apoteósico cierre incluyó un recordatorio de la poderosa frase de Oprah Winfrey, quien le dio la bienvenida: “Voten, porque si no lo hacen, mañana tal vez no puedan volver a hacerlo jamás”. La exfiscal general concluía así su campaña, impulsando un mensaje de esperanza y unidad en tiempos difíciles.

La última jornada de campaña de Harris trajo consigo un frenesí en las calles de Filadelfia, un testimonio de su dedicación y el fervor de una base que busca un cambio real. “¡Estamos juntos en esto! ¿Listos para votar? ¡Listos para ganar!”, clamó Harris, dejando claro que el futuro de Estados Unidos podría verse radicalmente transformado según el resultado de estas elecciones.