Los asesinos de la concejal Marielle Franco y su chofer, Anderson Gomes, han sido finalmente condenados a 78 y 59 años de prisión tras un juicio que duró solo dos días, cerrando un caso que ha conmocionado a Brasil desde hace casi siete años.

Marielle Franco, reconocida por su lucha incansable por los derechos de las comunidades afrobrasileñas y la comunidad LGBT, fue asesinada a tiros el 14 de marzo de 2018 en el centro de Río de Janeiro, junto a su chofer. La magistrada Lucia Glioche enfatizó la importancia de hacerse justicia, afirmando que "la justicia a veces es lenta, ciega... pero llega". Esta victoria legal trajo lágrimas de alivio y abrazos entre los familiares presentes en la sala del tribunal.

Monica Benicio, ex pareja de Marielle, reiteró el compromiso de continuar luchando contra la violencia política que condujo al asesinato, recordando que su estatus como mujer negra de una favela la hizo un objetivo para esos perpetradores. "Creyeron que su vida era desechable".

Los hombres condenados, Ronnie Lessa y Elcio Queiroz, exmiembros de la Policía Militar de Río, enfrentaron una solicitud de pena máxima que alcanzaba los 84 años. Lessa recibió 78 años y 9 meses, mientras que Queiroz fue condenado a 59 años y 8 meses. A pesar de los horribles crímenes de los que son culpables, se espera que cumplan mucho menos tiempo en prisión debido a un acuerdo de colaboración con la justicia.

Lessa confesó haber disparado a Franco desde un vehículo, mientras Queiroz conducía. En declaraciones de video, Lessa ofreció una explicación escalofriante al comentar que aceptó participar en el crimen por una oferta millonaria, afirmando que se "encegueció y enloqueció".

Este juicio pone de relieve no sólo la lucha por la justicia frente a un crimen odioso, sino también el sistema de corrupción que permea la Policía y la política en Brasil. Marielle era una figura clave en la denuncia de las milicias y del abuso de poder por parte de las fuerzas policiales, lo que la convirtió en un blanco. Tras su muerte, se desató una investigación masiva sobre las organizaciones criminales en Brasil.

Mientras tanto, los presuntos autores intelectuales del crimen, Chiquinho y Domingos Brazao, aún no han sido procesados. Estos hermanos, que fueron detenidos en marzo después de que Lessa los implicara, enfrentan interrogantes sobre su papel en la orquestación del asesinato. El fiscal Fabio Vieira resaltó que "quien ordenó el crimen lo hizo por intereses financieros. Querían silenciar la voz que incomodaba".

La condena ha sido aclamada por organizaciones de derechos humanos que exigen que se llegue también a los autores intelectuales que aún permanecen libres. "Este fallo trae algo de justicia, pero no podemos olvidar que aún quedan culpables por capturar", declaró Antonio Silva, el padre de Marielle.

La historia de Marielle Franco no solo representa un llamado a la justicia, sino también una advertencia sobre los peligros que enfrentan aquellos que luchan contra la opresión y la violencia. Aunque ha pasado más de un lustro desde su asesinato, su legado como activista continúa inspirando a muchos en Brasil y en el mundo entero.