Junts y ERC evitan un frente común contra Sánchez a pesar del acercamiento entre Puigdemont y Junqueras
2025-01-17
Autor: Marta
En una reunión de dos horas y media, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras intentaron suavizar la tensa relación que han mantenido desde la llegada de ambos a la presidencia de sus respectivos partidos, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. Este encuentro, que tuvo lugar en Waterloo, Bélgica, fue más un sondeo que un plan estratégico conjunto. Aunque se notó un acercamiento, los líderes independentistas evitaron discutir una estrategia política común. A pesar de las buenas intenciones, la construcción de una colaboración sólida entre ellos permanece incierta.
El ambiente de la reunión estuvo marcado por la simbología del lugar y el frío clima de Waterloo, con temperaturas que rondaban los cero grados. En un momento significativo, Junqueras hizo hincapié en que su regreso a la presidencia de ERC significa un cambio de enfoque y tono en su partido. Esto contrastó con el poder indiscutido que ha mantenido Puigdemont a lo largo de los años. Durante el encuentro, se abordaron temas cruciales como la lengua catalana y las infraestructuras, tópicos de gran relevancia para ambos partidos y la sociedad catalana en general.
Ambos líderes compartieron la charla con sus respectivos secretarios generales, Jordi Turull y Elisenda Alamany, quienes ayudan a enfatizar la importancia de mantener un diálogo productivo. Sin embargo, el encuentro culminó en un comunicado que, aunque indicaba la necesidad de establecer una nueva etapa de relaciones, no se tradujo en una unión de acciones concretas. No hubo planes para colaborar en el Parlament de Catalunya ni en el Congreso, donde el PSOE tiene frágiles mayorías.
La fractura entre Junts y ERC es el reflejo de las diferencias personales y políticas que los separar, especialmente en el contexto actual en el que ambos enfrentan un gobierno socialista que muchos creen que ha traicionado a sus intereses. Puigdemont ha criticado duramente a Esquerra por su alianza con el PSOE, mientras que Junqueras ha repudiado cualquier sugerencia de que su partido apoye en cualquier forma una coalición de extrema derecha.
A pesar de la inestabilidad, la resolución parcial entre ambos partidos en este último encuentro evitó una ruptura inminente, aunque está claro que cualquier colaboración futura dependerá de nuevas negociaciones y del comportamiento del Gobierno. Carles Puigdemont tiene planeado ofrecer una declaración pública en Bruselas en los próximos días, y ha dejado claro que la tramitación de la cuestión de confianza es esencial para evitar un colapso legislativo.
Los votos de Junts y ERC son cruciales para la estabilidad del Gobierno en el Congreso. Sin embargo, a pesar de sus llamados a la unidad, ambos partidos continúan actuando en función de sus propios intereses, lo que genera tensiones en el proceso político catalán. La pregunta que queda en el aire es: ¿serán capaces de superar sus diferencias por el bien del proceso independentista y de la ciudadanía catalana?