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Juan Clavero: Del Activismo Ecológico a la Acusación de Narcotráfico

2024-09-30

El 26 de agosto de 2017, Juan Clavero, una figura emblemática del ecologismo andaluz, se embarcó en una excursión por el Camino del Espino, en la localidad de El Bosque, al pie de la impresionante sierra de Grazalema. Sin embargo, lo que parecía ser una jornada de defensa de la naturaleza terminó de manera inesperada en los calabozos de la Guardia Civil, bajo la sorprendente acusación de tráfico de drogas. En su vehículo fueron encontrados 47 gramos de cocaína, un hallazgo desconcertante para quien se ha mantenido alejado de las drogas durante toda su vida.

El entonces alcalde socialista de El Puerto de Santa María, David de la Encina, no tardó en defender a su vecino, desestimando la acusación como una falta de fundamento. En contraste, el actual alcalde, Germán Beardo, criticó la actitud de de la Encina, alegando que ponía en tela de juicio la seriedad de la Guardia Civil.

Siete años después, los cuatro individuos que supuestamente intentaron incriminar a Clavero finalmente se presentan ante la justicia. Pese a la gravedad del asunto, es evidente que todo fue un intento fallido de incriminar a un defensor del medio ambiente.

Un Ecologista Comprometido

Juan Clavero, conocido por su amor por la naturaleza, desde joven acompañó a su padre, un notario y apasionado cazador, en sus andanzas por Sierra Morena, donde se dedicó a observar la fauna. Estudió Biología y se convirtió en un destacado profesor, activándose en la defensa del medio ambiente desde sus primeros días en elactivismo. En 1979, se unió al instituto Pedro Muñoz Seca en El Puerto de Santa María, donde asumió un papel activo en la creación de plataformas en defensa de la ecología.

Una de sus luchas más notorias fue su oposición a la construcción de Puerto Sherry, que resultó en el sabotaje de su vehículo. En 1986, Clavero aceptó ser el director del Parque Natural de Grazalema, donde su gestión sentó precedentes para otros parques en Andalucía.

Clavero se encariñó especialmente de un lugar mágico, La Breña del Agua, un espacio protegido que, tras ser vendido, se convirtió en un punto de conflicto por la presión del desarrollo urbano sobre las áreas protegidas. Marnix Galle, un magnate belga, adquirió la propiedad y propuso construir un cortijo de grandes dimensiones, para uso cinegético, lo que llevó a una división entre los ecologistas y los nuevos propietarios.

La Batalla por la Naturaleza

Bajo la aparente intención de preservar el entorno, las acciones de Galle despertaron la sospecha de que su verdadero objetivo era crear un centro de caza de lujo que excluyera a senderistas y amantes de la naturaleza. Clavero se convirtió en el líder de la resistencia, organizando excursiones con activistas para desafiar las barreras impuestas en el camino, lo que provocó enfrentamientos con los guardas privados de Galle.

Los problemas escalaron hasta llegar al Parlamento Europeo, donde se exhibieron videos de estos conflictos. En estos eventos, eurodiputados expresaron su indignación por la falta de respeto hacia los derechos de acceso a la naturaleza en el siglo XXI.

Finalmente, el fatídico día de agosto de 2017, un misterioso participante en una de estas excursiones, Manuel Alcaide, pronto se convirtió en el centro de atención. Alcaide, que se presentó como miembro de Ecologistas de Jerez, se unió a Clavero y otros durante su excursión, pero su interés parecía ocultar una agenda diferente.

La situación culminó con la detención de Clavero por una acusación de narcotráfico, lo que llevó a una investigación que revelaría la manipulación en la que Clavero había caído. Los cuatro hombres que fueron acusados de preparar la trampa a Clavero se sentarán finalmente en el banquillo de los acusados, incluidos Alcaide y otros ex-empleados de la finca.

Un Caso Lleno de Interrogantes

Con las repercusiones legales en juego, las acusaciones plantean preguntas sobre la motivación detrás de estos actos. La Fiscalía ha requerido severas penas, mientras que la defensa ha intentando dilatar el proceso. Este caso ha puesto de manifiesto la tensión entre la conservación ambiental y los intereses económicos, un conflicto que continúa afectando la tierra andaluza.

A medida que este drama se desarrolla en los tribunales, la Breña del Agua sigue bajo la vigilancia de su nuevo propietario, quien intenta reconciliarse con las comunidades locales y ecologistas, aunque las heridas de esta batalla todavía laten en la memoria colectiva. Mientras tanto, la lucha de Clavero y otros ecologistas persiste, recordándonos la fragilidad del equilibrio entre el desarrollo y la conservación.