Mar Flores y Javier Merino: Un adiós después de 18 años

En 2016, tras casi dos décadas juntos, Mar Flores (56 años) y su esposo Javier Merino (69 años) decidieron dar un giro radical a sus vidas y anunciaron su separación a través de un comunicado. En este mensaje, pedían respeto por su privacidad, enfatizando que el bienestar de sus cuatro hijos, Mauro, Beltrán, Bruno y Darío, era su máxima prioridad.

Un cambio inesperado en sus vidas

Aunque su separación fue consensuada y en buenos términos, Mar admitió que el proceso fue devastador para ella. Años después, reveló en una entrevista que el impacto emocional fue profundo. "Me costaba sonreír y encontrar el deseo de vivir después del divorcio", confesó, añadiendo que la decisión de concluir su matrimonio no fue suya, sino de Javier.

La perspectiva de Javier Merino

Por su parte, Javier Merino se defendió aclarando que no había terceros involucrados ni problemas económicos que influyeran en la decisión. En varios medios, aseguró que él tomó la iniciativa de separarse: "La relación se desgastó y era mejor tomar una decisión a tiempo antes de que se volviera insostenible".

Relaciones actuales: más que una separación

Pese a los rumores de tensiones entre ellos, Mar reveló que su relación con Javier es mucho más positiva de lo que parece. En su reciente publicación, destacó que ambos comparten una crianza armónica para el bienestar de sus hijos. "Cada uno necesitaba su espacio, pero seguimos deseando lo mejor para nuestros niños. No es un fracaso, es un crecimiento mutuo".

Un nuevo capítulo en sus vidas

Con la llegada de este nuevo capítulo, Mar ha aprendido a valorarse como madre y profesional. La separación le ha dado una nueva perspectiva, permitiéndole seguir adelante con más fortaleza y dedicación. Reconoce que a pesar del dolor, esta experiencia le ha permitido crecer y conocer mejor sus propias capacidades, todo mientras se enfoca en criar a sus hijos de la mejor manera posible.

La historia de Mar y Javier es un testimonio de cómo, a pesar de las adversidades y los cambios, es posible encontrar un camino hacia la paz y el respeto por el bienestar familiar.