En su primer año completo de operaciones, Iryo, la marca de Intermodalidad de Levante (ILSA) participada en un 45% por Trenitalia, ha reportado unos ingresos totales de 212 millones de euros. Aunque esta cifra suena prometedora comparada con los 4,8 millones de 2022, la realidad es que la operadora ha enfrentado pérdidas significativas que alcanzan los 79 millones de euros.

Los datos económicos provienen de las cuentas anuales presentadas en el Registro Mercantil, las cuales han sido revisadas por Europa Press. La empresa ha destacado que el 51% de sus costos se destinan a los cánones que paga a Adif por el uso de las infraestructuras, mientras que el 10% corresponde al gasto en electricidad. Este tipo de gastos son comunes en la industria ferroviaria y han generado inquietud en analistas financieros sobre la viabilidad del proyecto.

A pesar de las pérdidas, Iryo ha defendido que los resultados están dentro de lo esperado para un proyecto joven en fase de implementación, comprometiendo una enorme inversión inicial que espera recuperar a largo plazo. Además, la plantilla de la compañía ha crecido de 169 empleados a 522 durante el año, lo que refleja un esfuerzo por expandir sus operaciones.

En un esfuerzo por mitigar las pérdidas, en abril se aprobó una ampliación de capital de 44,7 millones de euros, seguida de una contribución adicional de 34,2 millones en junio. Los accionistas han manifestado su intención de brindar apoyo financiero para asegurar la estabilidad de la empresa y su capacidad para cumplir con los compromisos de pago.

Críticas desde el Ministerio de Transportes

La situación ha sido objeto de críticas del ministro de Transportes, Óscar Puente, quien ha señalado que los malos resultados de Iryo y Ouigo, que perdió 42,7 millones en 2023, se deben a la 'tirada de precios' que estas empresas realizan, respaldadas por el apoyo estatal de sus respectivos países. Ouigo, al ser la filial de SNCF, se beneficia de políticas que pueden afectar el equilibrio en el mercado de transporte público en España.

A medida que la competencia en el sector ferroviario se intensifica, la incertidumbre sobre el futuro de Iryo plantea preguntas importantes: ¿podrá la empresa revertir estas pérdidas y mantenerse en el mercado a largo plazo? La situación se sigue de cerca, dejando a muchos anticipando lo que vendrá para el futuro del transporte ferroviario en España.