Recientemente se ha verificado un nuevo caso humano de gripe aviar H5N1 en Missouri, que ha levantado serias alarmas entre los científicos. A diferencia de otros casos leves reportados en Estados Unidos, este paciente no presenta contacto conocido con aves o animales infectados, lo que genera numerosas interrogantes sobre la propagación de este virus. Desde el inicio del brote en marzo, 213 rebaños vacunados en 14 estados han dado positivo, pero curiosamente, ninguno de estos casos se registró en Missouri.

Lo que agrava la situación es que dos trabajadores de salud que atendieron al paciente también desarrollaron síntomas respiratorios compatibles con la enfermedad, lo que plantea la posibilidad de una transmisión inadvertida. Uno de ellos no fue sometido a pruebas, lo que ha generado críticas entre la comunidad científica, que exige más acción y vigilancia.

Por otro lado, el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) de EE.UU. han indicado que un segundo trabajador de la salud, que también atendió al paciente, presentó síntomas parecidos, pero el diagnóstico no se llevó a cabo. Además, un conviviente del paciente comenzó a mostrar síntomas el mismo día, pero tampoco se obtuvieron muestras. Estas omisiones en la recolección de datos médicos son motivo de preocupación, pues podrían ocultar una fuente común de contagio.

El origen del contagio del paciente sigue siendo un misterio. Tanto él como las personas a su alrededor no informaron exposición a animales enfermos o productos lácteos contaminados, lo que podría haber facilitado la propagación del virus. La falta de muestras y pruebas diagnósticas complica el rastreo efectivo del virus, lo que podría haber sido clave para detectar o prevenir un posible brote.

El llamado a la acción también ha llegado desde voces clave en la comunidad científica. La viróloga veterinaria Elisa Pérez-Ramírez ha expresado su preocupación por la falta de información y la tardanza en la transparencia de los datos. La investigación podría tener dificultades significativas debido a la falta de muestras. "Es crucial que se publiquen rápidos resultados de serología para aclarar la situación y evitar una posible crisis de salud pública", advirtió en sus redes.

Otras expertas como Marion Koopmans, viróloga de la OMS, están alarmadas. Ha lanzado la pregunta retórica de cómo se puede evaluar la posibilidad de transmisión entre humanos si no se realizan las pruebas necesarias. Este evento nos hace reflexionar sobre la postura preventiva que otros países adoptarían en un contexto similar, destacando que, si fuese en China, habría presión internacional para actuar.

En un tono crítico, François Balloux, profesor de Biología Computacional en el University College de Londres, comparó la respuesta de EE.UU. a esta amenaza con la reacción de China al brote de COVID-19 en Wuhan, sugiriendo que la actual gestión parece caótica.

Todo esto ocurre en un contexto donde un nuevo estudio revela el origen del coronavirus SARS-CoV-2 en el mercado de Huanan, en Wuhan. La comunidad científica sabe que aún queda mucho por investigar. La amenaza de transmisión de H5N1 entre humanos no puede tomarse a la ligera. A pesar de que las autoridades sanitarias aseguran que el riesgo para la población general es bajo, la comunidad médica continúa insistiendo en la necesidad de no bajar la guardia. La vigilancia debe ser constante, especialmente cuando el mundo ya ha atravesado el horror de pandemias recientes.