En un sorprendente giro de acontecimientos, el Gobierno de Sánchez ha decidido retrasar los pagos destinados a las infraestructuras de Sevilla el mismo día que anunció una inversión de 1.200 millones de euros para proyectos en Cataluña. Este movimiento ha provocado un gran malestar entre los ciudadanos sevillanos, quienes ven cómo sus necesitadas infraestructuras siguen sin atención.

La cantidad que se retrasa corresponde a fondos críticos, necesarios para finalizar el cierre de la SE-40 antes de 2030 y completar el tramo norte de la línea 3 del metro. Estas obras son fundamentales no solo para mejorar la movilidad en la ciudad, sino también para impulsar la economía local.

En contraste, el Gobierno ha decidido invertir 710 millones en las autovías AP-2 y AP-7, así como en el Eje Pirenaico y la nueva Ronda Nord. Además, se destinarán 468 millones para los Rodalies de Lleida hasta 2026. Esta clara disparidad en la asignación de fondos ha levantado fuertes críticas, pues los sevillanos se preguntan por qué sus necesidades son postergadas en favor de otras comunidades.

El escenario se agrava cuando se considera que la infraestructura del metro de Sevilla ha estado un tiempo considerable sin avances significativos, lo que aumenta la frustración entre los usuarios. Ante esta situación, los ciudadanos y los grupos políticos locales exigen respuestas del Gobierno y un compromiso firme para garantizar que Sevilla reciba los recursos que le corresponden.

Es momento de que el Gobierno escuche las necesidades de Sevilla y actúe con equidad. ¿Qué opinas de esta situación? ¿Crees que el interés político está afectando la planificación de infraestructuras fundamentales para el desarrollo de las ciudades?