¡Increíble! Una jubilada irlandesa condenada a pagar miles de euros por la crisis de vivienda
2025-01-19
Autor: Laura
La crisis de vivienda en Irlanda
La crisis de vivienda en Irlanda ha dejado nuevamente al descubierto historias humanas desgarradoras que es imposible ignorar. Maria Roettger, una jubilada que enfrenta serias dificultades económicas, ha sido condenada por un tribunal de la Junta de Arrendamientos Residenciales a abonar más de 6.000 euros en alquileres atrasados. Esta sentencia es el resultado de un proceso de asistencia para la vivienda (HAP) que se extendió por 15 largos meses, durante los cuales ambas partes quedaron atrapadas en un tortuoso limbo administrativo.
Durante este prolongado periodo, Roettger no tuvo más remedio que deshacerse de sus objetos personales para poder costear los pagos del alquiler, llegando al extremo de pasar días enteros sin poder alimentarse adecuadamente. La propietaria del inmueble, Ursula Sheehan, destacó que el retraso en los pagos del HAP impactó gravemente su situación financiera, especialmente porque su hipoteca fue vendida a un fondo buitre que ahora busca recuperar la propiedad para su reventa.
Una espera interminable: el caos del sistema de asistencia
El caso de Roettger pone en evidencia las fallas estructurales del sistema HAP, que en su caso tardó más de un año en procesar los pagos necesarios. Aunque desde que el programa empezó, el alquiler ha estado al día, los atrasos acumulados de 6.369,50 euros dejaron a ambas partes en una situación límite y desesperante.
Roettger, en su intervención ante el tribunal, expresó que no anticipaba que el proceso se demorara tanto y denunció problemas de tramitación, incluyendo formularios que fueron enviados a direcciones incorrectas y requisitos de traducción de documentos de su pensión alemana. A pesar de que hizo grandes esfuerzos para reunir el dinero necesario, incluyendo pagos en efectivo, no pudo llevar un registro detallado de sus transacciones, lo que complicó aún más su defensa.
Una solución insuficiente
La decisión del tribunal condena a Roettger a pagar su deuda en 12 cuotas mensuales. Aunque esta medida busca equilibrar las necesidades de ambas partes, pone de manifiesto un sistema incapaz de proteger a los más vulnerables. Por su parte, Sheehan manifestó su frustración, afirmando que el proceso HAP está “roto” y lamentando los efectos económicos que ha tenido que soportar tras la venta de su hipoteca a un fondo buitre.
El tribunal reconoció la falta de claridad en las pruebas presentadas, calificándolas de “deficientes”, pero esto no cambió el veredicto contra Roettger, quien ahora debe hacerse cargo de una responsabilidad financiera derivada de un fallo administrativo al que no dio origen.
El panorama desolador
La situación de Roettger es solo la punta del iceberg de un sistema de vivienda que clama por reformas. En otro caso reciente, una propietaria fue condenada a compensar a una inquilina con 4.500 euros por daños y perjuicios tras meses de sufrir las secuelas de una fuga de agua en el techo de su apartamento.
Emer Collins, quien fue la inquilina afectada, relató cómo las lluvias se filtraban a través de luminarias y enchufes eléctricos, poniendo en riesgo su seguridad. Aunque la propietaria ofreció alojamientos alternativos, fueron considerados inadecuados por el tribunal, que señaló que la dueña no podía eludir su responsabilidad alegando que el techo pertenecía a una empresa administradora.
Ambos casos reflejan las grietas de un sistema que, lejos de garantizar el derecho a una vivienda digna, perpetúa las dificultades económicas y emocionales de quienes dependen de él. Mientras propietarios e inquilinos luchan en los tribunales, el retraso de los procesos administrativos y la falta de alternativas habitacionales adecuadas siguen acentuando la vulnerabilidad de los más afectados por la crisis de vivienda, un problema que sigue agudizándose a medida que pasa el tiempo.