La localidad vizcaína de Derio está en estado de conmoción tras el sorteo del Euromillones celebrado el pasado viernes 4 de octubre, donde un afortunado se ha hecho con un impresionante bote de 162 millones de euros. Sin embargo, el gran misterio es que el ganador aún no ha reclamado su premio.

El boleto ganador fue validado en la popular tienda de golosinas Amancio Gozokiak, situada en el número 2 de Herriko Plaza. Este pequeño establecimiento se ha convertido en el centro de atención del pueblo, famoso no solo por sus chucherías, sino ahora también por ser el lugar donde se expidió el boleto que podría cambiar la vida de alguien para siempre.

La curiosidad entre los 7,000 residentes de Derio es palpable. "¿Quién será el afortunado?", "¿Ya habrá cobrado su premio?", son algunas de las preguntas que circulan entre los vecinos, alimentando un ambiente de intriga y especulación.

María Asun Henares, la propietaria de la tienda, compartió su sorpresa con El Correo, confesando que no ha podido dormir desde que se enteró de la noticia, afirmando: "Nunca pensé que esto podría suceder aquí, siempre creí que los premios caían en el Reino Unido o en Portugal..."

A pesar de la gran suma de dinero en juego, el misterioso ganador no ha aparecido ni en la tienda ni ha hecho pública su identidad. "Es difícil saber quién lo ha ganado, lo lógico es que no haya venido todavía. A estas alturas, es normal que quieran permanecer en el anonimato", explicó la lotera.

El fenómeno del anonimato en los ganadores de grandes premios es común en España. Muchos reciben una gran suma de dinero, pero solo unos pocos se atreven a compartir su historia. Mientras que para algunos este premio representa un sueño hecho realidad, para otros puede resultar en un verdadero desafío. A menudo, las historias de los ganadores están llenas de giros inesperados, mostrando que la suerte puede traer tanto alegría como complicaciones inesperadas.