Las intensas lluvias recientes en la región del desierto del Sáhara han dejado un fenómeno sorprendente: la aparición de un lago endorreico que podría ofrecer valiosas pistas sobre el clima del pasado en uno de los entornos más áridos de la Tierra.

La mancha verde visible en las imágenes es un claro indicio de que este desierto, conocido por su falta de agua, fue alguna vez un lugar vibrante y lleno de vida. El lago Sebkha el Melah ha resurgido tras un ciclón que azotó el norte de África el pasado mes de septiembre, trayendo consigo precipitaciones inusualmente fuertes. Este hecho no solo ha sorprendido a los meteorólogos, sino que también nos invita a reflexionar sobre cómo pudo haber sido la vegetación y la fauna de esta región miles de años atrás.

Las investigaciones recientes, respaldadas por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos y el Observatorio de la Tierra de la NASA, han mostrado imágenes que demuestran el drástico cambio de este área. En tan solo un mes, se pasó de un entorno árido a un lago que cubre más de 191 kilómetros cuadrados y tiene una profundidad media de 2,2 metros.

Este cambio geográfico puede parecer reciente, pero nuestro estudio del pasado revela que el Sáhara experimentó un "Periodo húmedo" entre 11.000 y 5.000 años atrás, cuando el desierto era mucho más habitable, lleno de vegetación y fauna. Durante esa época, nuestros ancestros dejaron huellas de su existencia en forma de pinturas rupestres que retratan escenas de caza, sugiriendo que el paisaje era radicalmente diferente de lo que conocemos hoy.

Expertos como el investigador Moshe Armon de la Universidad Hebrea de Jerusalén advierten que aunque las lluvias extremas pueden haber sido más frecuentes en el pasado, esto no significa que cada lago del desierto estuviera repleto de agua constantemente. Sin embargo, estos nuevos eventos de lluvias podrían haber contribuido a que históricos lagos como el Sebkha el Melah mantuvieran agua salada entre 2008 y 2012. Además, la temporada de verano ha demostrado ser un periodo clave, siendo responsable del 30% de los eventos de precipitaciones intensas documentados.

Lo más impresionante de esta situación es que el cambio climático que experimentamos actualmente podría alterar nuestra percepción del mundo. El fenómeno del lago en el Sáhara nos recuerda la extraordinaria capacidad del clima para cambiar la geografía y, por ende, la vida en nuestro planeta. Ya sea causado por la actividad humana o por procesos naturales, es esencial que estemos alertas a cómo estas transformaciones impactan nuestro entorno.

Así que, ¡mantente atento! Lo que una vez fue un desierto árido podría volverse un ecosistema diverso en el futuro. La historia de nuestro planeta sigue escribiéndose ante nuestros ojos y este lago en el Sáhara es solo el comienzo de lo que está por venir.