La enfermedad arterial coronaria tradicionalmente se ha asociado con personas mayores, pero, sorprendentemente, en las últimas décadas ha aumentado la incidencia de infartos entre jóvenes. Un estudio reciente del grupo de investigación cardiovascular del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, liderado por el Dr. Andrés Íñiguez Romo, ha destapado alarmantes hallazgos sobre este fenómeno. Su investigación, publicada en la Revista Portuguesa de Cardiología, cuestiona por qué algunas personas sufren infartos antes de cumplir los 35 años.

Los investigadores concluyeron que estos casos suelen involucrar a individuos con predisposición genética, que son impulsados a un infarto debido al consumo de tabaco y drogas. Durante el análisis, se registraron 109 infartos en personas de entre 18 y 35 años en el área sanitaria de Vigo desde 2006 hasta 2015, en comparación con los 299 infartos en el grupo de edad de 35 a 40 años. Juan Salvadores, el investigador principal, destaca la preocupación al notar diferencias significativas no solo entre pacientes enfermos y sanos, sino también entre los diferentes grupos de edad.

Un dato alarmante es que solo uno de cada siete jóvenes menores de 35 años presentaba colesterol alto, en contraste con el 50% de aquellos de 36 a 40 años. Entre los factores identificados, se observa una clara relación con los antecedentes familiares de infartos antes de los 50 años en mujeres y 55 años en hombres, así como un elevado consumo de drogas, especialmente cocaína y cannabis, afectando al 33,6% de los pacientes analizados. Además, un impactante 86% de ellos eran fumadores habitual.

Otro hallazgo preocupante es la alta tasa de reinfartos: el 7,5% de los pacientes menores de 35 años experimentó reinfartos, comparado con solo el 1,6% en el siguiente grupo de edad. Esto evidencia no solo la gravedad de sus condiciones iniciales, sino que también pone de manifiesto un alto riesgo de complicaciones post-infarto. Los factores más significativos para un futuro evento incluyen diabetes, colesterol alto y depresión.

Los especialistas advierten a las personas con antecedentes familiares de eventos cardiovasculares a una edad temprana sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable, que incluya dejar de fumar, evitar el consumo de drogas, controlar el peso y mantener niveles de colesterol adecuados.

En el ámbito femenino, Juan Salvadores presentó en el congreso TCT en Washington un análisis que evaluó 27 infartos en mujeres jóvenes de 2006 a 2015. Al compararlas con 23 mujeres sanas, se reafirmó que los antecedentes familiares son cruciales. 'La genética juega un papel significativo, ya que las mujeres tienen cierta protección hormonal que las resguarda de los infartos de manera natural', señala el investigador. La depresión y el perfil lipídico también están entre los factores determinantes de riesgo, destacando que se trata de un grupo a menudo desatendido y que merece mayor visibilidad en el ámbito de la salud cardiovascular.

Se hace un llamado a la comunidad médica y a la sociedad para prestar atención a estos alarmantes datos y promover una mayor conciencia sobre los factores de riesgo de infartos en personas jóvenes.