Ciencia

¡Increíble! Once plantas de Tenerife se adaptan a las alturas para enfrentarse al cambio climático, ¿serán las únicas en lograrlo?

2024-12-16

Autor: Carmen

Las plantas, al ser seres sésiles, no tienen la capacidad de moverse por sí mismas, pero a través de sus semillas logran expandirse y colonizar nuevos territorios. Algunas semillas son transportadas por el viento, otras caen gracias a la gravedad, y muchas más son llevadas a nuevas áreas por animales que consumen sus frutos y, después de un tiempo, depositan las semillas en otros lugares a través de sus excrementos.

Con el actual cambio climático, caracterizado por un aumento de temperaturas debido a la quema de combustibles fósiles, las plantas deben adaptarse o enfrentarse a la extinción. Una investigación innovadora, respaldada por entidades de España, Portugal y la Unión Europea, ha revelado que al menos once plantas de frutos carnosos en Tenerife están ascendiendo a elevaciones superiores en la isla gracias a la dispersión proporcionada por aves y lagartos. Manuel Nogales, investigador del Instituto de Productos Naturales y Agrobología del CSIC, destaca que estos grupos son cruciales para la dispersión de semillas en islas oceánicas.

El estudio exploró las interacciones en los distintos cinturones de vegetación de Tenerife, desde los matorrales hasta las cumbres del Teide. Tenerife es un lugar privilegiado para este tipo de investigaciones, pues fue aquí donde Alexander von Humboldt sentó las bases de la geología moderna, aportando conocimientos valiosos sobre el hábitat vegetal.

Según los hallazgos publicados en la prestigiosa revista New Phytologist, se documentaron 283 interacciones entre 73 especies vegetales y 27 especies animales. En este delicado ecosistema, los lagartos desempeñan un papel fundamental al dispersar semillas a través de los diferentes estratos de vegetación. Además, cuatro especies de aves—el mirlo común, el mirlo capiblanco, el petirrojo de Tenerife y el cernícalo—junto con un mamífero introducido, el conejo, también son esenciales para este proceso de dispersión.

Sin embargo, las noticias no son del todo positivas. De las once especies que están ganando terreno en altitudes superiores, solo cinco son nativas. Esto es alarmante, dado que en Tenerife, cerca del 18% de la flora corresponde a especies introducidas, y un preocupante 55% de las plantas que están expandiendo su rango son especies exóticas.

Los estudios muestran que para sobrevivir a las amenazas del cambio climático, las plantas necesitarán moverse entre 20 y 33 metros verticalmente cada década. Esto se complica aún más por la amenaza que enfrentan los principales dispersores, como la paloma rabiche y el cuervo grande, que están en peligro por la caza y la depredación por mamíferos invasores.

Dicha pérdida de biodiversidad, a su vez, impacta no solo en los ecosistemas, sino también en la agricultura y la economía, como evidencian estudios recientes que calculan en millones de euros el valor de la dispersión de semillas en la restauración de ecosistemas.

Los científicos advierten que la crisis climática llevará a un colapso ecológico significativo en Tenerife, particularmente en el Parque Nacional del Teide, donde la disminución de árboles como los cedros ha causado la desaparición de especies que dependían de ellos. La pérdida de hábitats adecuados y la falta de opciones de escape hacia altitudes más altas crearán ecosistemas cada vez más homogéneos, limitando la diversidad biológica.

La investigación actual ha establecido un novo horizonte preocupante que indica que los ecosistemas de montaña no solo se verán alterados en su composición, sino que también podrían acelerar el proceso de homogeneización biológica, a medida que las especies adaptadas al frío sean desplazadas por aquellas que toleran temperaturas más cálidas.