El escándalo del despido planificado

¡Increíble pero cierto! Una empleada ha sido condenada a pagar más de 11.000 euros tras intentar manipular su despido para cobrar del SEPE. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha decidido que su comportamiento equivale a un fraude de ley.

La historia detrás del fraude

Todo comenzó cuando esta mujer, una comercial, se reincorporó a su puesto tras una excedencia por cuidado de su hijo en agosto de 2017. Apenas días después, comenzó a ausentarse de manera repetida, sin ofrecer excusas para su falta. Las ausencias continuas, en fechas clave, llevaron a la empresa a despedirla de forma disciplinaria el 22 de septiembre.

Días de desempleo y sospechas

La empleada, sin oponerse a su despido, solicitó rápidamente el subsidio por desempleo. Así, comenzó a recibir 1.051,4 euros netos mensuales hasta julio de 2018, durante un total de 720 días, gracias a la aprobación de su prestación contributiva.

La intervención de la Inspección de Trabajo

Sin embargo, en julio de 2018, la Inspección de Trabajo emitió un informe alarmante sobre la posible irregularidad en el cobro de esta ayuda. Según el informe, la mujer había actuado sin la intención real de seguir en su trabajo, intentando así simular una situación legal de desempleo.

Consecuencias legales

A raíz de este informe, el SEPE suspendió el pago de su prestación y exigió la devolución de lo que había cobrado. La mujer, descontenta, presentó una reclamación que fue desestimada y, tras perder su demanda en los tribunales de Lleida, llevó el caso al Tribunal Superior.

Sentencia final y lecciones

El Tribunal mantuvo que la mujer había planificado su despido con el fin de acceder al subsidio, considerándolo un fraude claro. Cualquier intento de justificar su situación fue rechazado, lo que llevó a la conclusión de que las cantidades que había recibido debían ser devueltas al SEPE. La sentencia, aunque no es firme, destaca cómo las intenciones fraudulentas pueden llevar a consecuencias devastadoras.

¿Qué opinas sobre esta situación?

Este caso pone en evidencia la seriedad con la que se toman los fraudes laborales en España. Con esta dura lección, es esencial recordar que intentar manipular el sistema nunca es la solución.