Una asombrosa historia desde China ha dejado a todos boquiabiertos: una mujer de Wuhan ha vivido durante 20 años con un trozo de termómetro de vidrio incrustado en su glúteo, resultado de un accidente escolar.

Hace más de dos décadas, cuando era una pequeña estudiante, la señora Hu sufrió un incidente que cambiaría su vida. Mientras buscaba su goma de borrar caída, se sentó accidentalmente sobre el termómetro de un compañero. ¡Un giro inesperado que la dejaría con un 'recuerdo' muy peculiar!

En su momento, los médicos intentaron extraer el objeto extraño, pero la radiografía no pudo detectarlo debido a que el cristal era transparente. Ahora, tras años de llevar este extraño souvenir, Hu pensó que todo había quedado atrás hasta que, el mes pasado, una lesión en bicicleta la llevó al hospital.

El ecógrafo 3D reveló el trozo de dos centímetros aún alojado en su cuerpo, una situación médica que sorprendió a todos. Los especialistas se pusieron manos a la obra y finalmente pudieron extraer el termómetro.

Esta increíble historia resalta la importancia de la atención médica adecuada y el impacto que un accidente infantil puede tener a lo largo de toda una vida. La señora Hu, ahora libre de su inusual carga, seguramente tiene muchas historias que contar sobre su travesía de casi un cuarto de siglo.