La forma del corazón, un órgano complejo a pesar de su sencillo símbolo (❤️), puede revelar mucho más de lo que imaginamos. Un innovador estudio internacional liderado por científicos españoles ha utilizado modelos tridimensionales basados en imágenes de resonancia magnética para analizar el corazón de más de 40,000 personas. Este asombroso proyecto no solo ha identificado formas cardiacas únicas, sino que también ha relacionado estas morfologías con un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares. Sorprendentemente, se ha descubierto que los corazones más esféricos presentan un mayor riesgo de fibrilación auricular.

Patricia B. Munroe, catedrática de medicina molecular en la Universidad Queen Mary de Londres y autora principal del estudio publicado en Nature Communications, explicó: "Hemos creado una representación completa del corazón, tanto del ventrículo izquierdo como del derecho, en diástole, cuando el corazón está más relajado". A diferencia de estudios anteriores que solo medían parámetros simples, el equipo ha desarrollado un enfoque tridimensional inédito.

Las imágenes, obtenidas de UK Biobank, una extensa base de datos de salud británica, fueron segmentadas digitalmente para extraer 11 coordenadas matemáticas que describen con detalle la forma del corazón. Estos parámetros incluyen el tamaño, la inclinación y la esfericidad, elementos que pueden predecir con precisión problemas de salud.

La habitual visión tridimensional del ser humano hace que sea complejo visualizar un modelo así. Sin embargo, la relación entre este intrigante símbolo del corazón y antiguos íconos griegos sugiere que su significado abarca mucho más de lo que creemos. Las monedas de la ciudad de Cirene, que representaban semillas de silfio, son un recordatorio de cómo la historia entrelaza la fisiología y la cultura.

Los hallazgos estudiaron también componentes genéticos relacionados con la forma del corazón. ¿Sabías que se identificaron 45 áreas del ADN vinculadas a esta morfología? De estos, 14 eran completamente desconocidos en la relación con el corazón y podría abrir nuevas puertas para el estudio de enfermedades.

Además, se constató que los corazones más pequeños están asociados con un mayor riesgo de diabetes. Pero eso no es todo, ya que la forma del corazón está intrínsecamente ligada a riesgos cardiovasculares, lo que plantea la posibilidad de utilizar pruebas genéticas como herramientas de detección más accesibles y económicas.

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de mortalidad en España, con infartos en hombres y accidentes cerebrovasculares en mujeres ocupando las primeras posiciones. Esto resalta la importancia de los descubrimientos realizados en este estudio.

Munroe subraya que la investigación "ofrece información adicional a los métodos clínicos convencionales" y podría ser crucial para mejorar la predicción del riesgo cardiovascular. Mientras que los estudios continúan, el equipo está investigando cómo enriquecer aún más el modelo utilizando imágenes capturadas durante la contracción del corazón.

Ana García Álvarez, Jefa del Servicio de Cardiología en el Hospital Clínic de Barcelona, destaca la originalidad del trabajo y la necesidad de seguir estudiando estas variantes genéticas. ¡Es un paso significativo hacia una medicina más personalizada y preventiva! Así que la próxima vez que pienses en tu corazón, recuerda que su forma podría revelarte más sobre tu salud de lo que imaginas.