Cerramos el año 2024 con una noticia increíble y prometedora: las expectativas de instalación de energías renovables han sido superadas masivamente, como lo confirma un gráfico reciente de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La realidad ha demostrado que las proyecciones pesimistas de años anteriores estaban equivocadas. En un impresionante contraste, el gráfico revela una gran diferencia entre las previsiones pasadas y la capacidad instalada actual a nivel mundial. Durante las dos últimas décadas, la AIE había estimado de forma constante un crecimiento más lento en el sector de las energías limpias, pero la línea roja en el gráfico muestra que la capacidad instalada ha superado todas las expectativas.

Este crecimiento no solo se mantiene; se intensifica. A partir de 2024, se espera que la tendencia al alza continúe, consolidando un aumento aún más significativo en la capacidad global de energías renovables.

Hablando de las energías renovables, el crecimiento de la inversión en tecnologías limpias desde 2015 ha sido sobresaliente y ha eclipsado la inversión en combustibles fósiles. Según reportes de The Economist, la energía solar se encuentra en la cúspide, con inversiones que alcanzan los 500 mil millones de dólares este año, más que cualquier otra forma de generación de energía. Este incremento se ha visto favorecido por la significativa reducción de costos tecnológicos y un aumento de la inversión tanto privada como gubernamental.

El Acuerdo de París de 2015 ha sido un pilar fundamental en esta transformación, ya que impulsó a las naciones a redefinir sus inversiones hacia tecnologías más limpias. Además, la disminución de costos en la tecnología solar y baterías de litio ha facilitado esta transición.

El panorama de las inversiones en energías limpias es impresionante, con cifras récord que pueden alcanzar casi 3 billones de dólares en 2024, representando aproximadamente el 3% del PIB mundial. Sin embargo, el camino hacia los objetivos climáticos aún está lleno de desafíos, pues las proyecciones actuales estiman un aumento de la temperatura global de hasta 2.4 °C, un impacto más severo que el objetivo ideal de 1.5 °C del Acuerdo de París.

China, el actor principal en este ámbito, se destaca como el mayor inversor en energías renovables del mundo. Con el objetivo de ser el mayor productor de energía, el país asiático ha invertido en megaestructuras e inaugurado el parque solar de perovskita más grande del mundo.

Por otro lado, España está haciendo olas al alcanzar más de la mitad de su producción energética a partir de fuentes renovables en el último año, superando en particular la energía solar. Investigadores de la Universidad de Teherán han encontrado que España lidera la generación solar en la región mediterránea. Este modelo está siendo considerado para su implementación en Oriente Medio y Estados Unidos, aunque las condiciones climáticas pueden representar un reto.

Las proyecciones de instituciones como la AIE, BNEF y Wood Mackenzie prevén que si se mantienen las políticas actuales, estaremos cerca del aumento de 2.5 °C para 2100. Sin embargo, un cambio hacia una ambiciosa disminución de las emisiones requiere una aceleración drástica en inversiones y avances tecnológicos.

Aprovechando esta tendencia positiva, el grupo de investigación RMI menciona que el mundo podría instalar hasta 1.000 GW de energía solar y 6.000 GWh de baterías anualmente en los próximos cinco años, demostrando que los países del sur global están también listos para una adopción renovable acelerada.

La energía renovable está emergiendo como un gigante transformador, y cada paso hacia una mayor capacidad nos acerca a un futuro más sostenible y limpio. ¿Estamos listos para enfrentar los nuevos desafíos que esta revolución energética trae consigo?