El 22 y 23 de septiembre se celebran a nivel mundial el Día de la Narcolepsia y el Día del Síndrome de las Piernas Inquietas, respectivamente. Estas condiciones neurológicas son mucho más comunes de lo que se piensa, afectando en conjunto a más de 2 millones de personas en España, pero solamente unas 200,000 tienen un diagnóstico confirmado.

En España, se estima que alrededor de 25,000 personas sufren de narcolepsia, de las cuales un alarmante 60% permanece sin diagnosticar. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el problema radica en que la narcolepsia se desarrolla de manera gradual y los síntomas más comunes, como la somnolencia diurna excesiva, a menudo se confunden con fatiga normal o se minimizan. Además, algunos pacientes pueden experimentar cataplejía, que implica la pérdida repentina del tono muscular desencadenada por emociones intensas, un síntoma que puede llevar a diagnósticos erróneos, incluso como depresión.

La Dra. Ana Fernández Arcos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos del Sueño de la SEN, advierte sobre la importancia de buscar un diagnóstico adecuado. "La narcolepsia puede afectar drásticamente la calidad de vida de los pacientes y está asociada a varias comorbilidades, como hipertensión y diabetes", enfatiza. A nivel mundial, el tiempo para obtener un diagnóstico puede extenderse de 8 a 15 años desde la aparición de los síntomas.

Por otro lado, el síndrome de las piernas inquietas, conocido también como enfermedad de Willis-Ekbom, es incluso más frecuente que la narcolepsia, afectando a hasta el 10% de la población adulta y un 4% de niños y adolescentes en España. Sin embargo, hasta un 90% de estos casos permanecen sin diagnosticar, lo que puede comprometer aún más la calidad de vida de quienes lo padecen.

"El síndrome provoca sensaciones incómodas en las piernas que solo se alivian al moverlas, lo que dificulta el descanso y contribuye a problemas de concentración y estado de ánimo", explica la Dra. Celia García Malo de la SEN. A menudo los síntomas se confunden con problemas circulatorios o reumáticos, lo que retrasa el diagnóstico en más de 10 años, especialmente en la infancia, donde típicamente estos síntomas son atribuidos al crecimiento o hiperactividad.

Desafortunadamente, la falta de sueño resultante del síndrome de piernas inquietas se trata a menudo de manera incorrecta con sedantes, que pueden agravar la situación. Con un enfoque adecuado y tratamientos efectivos, muchos pacientes reportan mejoras significativas en su calidad de vida.

Ambas condiciones resaltan la necesidad urgente de una mayor concienciación sobre los trastornos del sueño. La Dra. Fernández Arcos concluye: "Es imprescindible que las personas que experimentan síntomas de narcolepsia o el síndrome de piernas inquietas busquen atención médica para un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado. No permitamos que el estigma y la desinformación continúen perjudicando a millones de personas".

Así que, si alguna vez te has sentido excesivamente cansado durante el día o has tenido estos molestos síntomas en las piernas, ¡no te quedes con la duda! Busca ayuda médica y rescata tu sueño.