Raúl de Tomás, popularmente conocido como 'RDT', se vio envuelto en un escándalo de dopaje tras dar positivo en ostarina en un control antidopaje realizado el 12 de octubre de 2017, después de un partido con el Rayo Vallecano contra el Almería. Aunque la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) estipula sanciones que oscilan entre cuatro años y multas de hasta 12,000 euros para casos de esta índole, la Comisión Española de Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD) optó por imponerle únicamente un mes de inhabilitación y una multa de 3,000 euros.

La ostarina es un agente anabólico utilizado para aumentar la masa muscular y mejorar el rendimiento deportivo. Se considera una "sustancia no específica" en la lista de prohibiciones de la WADA, lo que implica que no puede entrar en el cuerpo de un deportista de forma accidental. Sin embargo, CELAD cambió su postura al aceptar que la sustancia pudo haber llegado al organismo de Raúl de Tomás de manera accidental, aunque sin pruebas contundentes.

El 6 de noviembre de 2017, la CELAD recibió el resultado positivo del análisis de Raúl, lo que llevó a la apertura de un expediente sancionador. En su defensa, el futbolista alegó haber consumido ostarina por recomendación de su nutricionista a través de un suplemento alimenticio que no declaraba dicha sustancia. Aun así, no aportó evidencia sólida que confirmara la compra del producto en cuestión.

Sorprendentemente, la CELAD ignoró esta falta de pruebas y aceptó la explicación de RDT. Sin embargo, también señaló que se podría haber realizado una investigación más exhaustiva sobre el suplemento utilizado, ya que había alertas sobre posibles contaminaciones de otros productos. Este punto ha desatado un intenso debate en el ámbito deportivo acerca de la responsabilidad de los atletas y sus equipos de nutrición.

La resolución final del caso se firmó el 1 de febrero de 2018, resultando en una sanción mínima que contrasta con la habitual severidad de la WADA. Raúl cumplió su sanción y, curiosamente, la noticia de este incidente pasó casi desapercibida en los medios de comunicación, dejando a muchos preguntándose si el sistema antidopaje español está realmente comprometido con la lucha contra el dopaje.

En paralelo, se destaca el caso de Thiago Braz, campeón olímpico de salto con pértiga, quien recibió una sanción de 16 meses por dopaje tras dar positivo en ostarina. Este escándalo resalta las discrepancias en la aplicación de sanciones por dopaje a nivel internacional y ha llevado a que se cuestionen las políticas de prevención y detección de sustancias prohibidas.

La situación de Raúl de Tomás y otros deportistas subraya la importancia de una mayor transparencia y rigor en la lucha contra el dopaje, así como la necesidad de educar a los atletas sobre los riesgos de los suplementos. Los aficionados y expertos en deportes esperan que estos incidentes sirvan como una lección valiosa para el futuro.