Los efectos devastadores de las riadas

Los devastadores efectos de las riadas, como la reciente DANA que asoló Valencia y que cobró la vida de más de 200 personas, han dejado al descubierto un fenómeno alarmante: el material que arrastra el agua puede aumentar su poder destructivo en hasta un 50%. Este factor crucial, que no está presente en todas las evaluaciones de riesgo, ha sido estudiado por el ingeniero y especialista en inundaciones, Félix Francés.

El incremento del volumen de riada

Francés, catedrático de ingeniería hidráulica en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), señala que el volumen de la riada se incrementa entre un 20 y un 40% debido a la mezcla de agua y los materiales que arrastra. Este fenómeno provoca un aumento de la densidad del agua, lo que intensifica su capacidad destructiva y arrastre. En los casos más extremos, el agua puede parecer chocolate, lo que aumenta su empuje y puede derribar casas.

Complicaciones adicionales

Además de la devastación material, este fenómeno trae consigo una serie de complicaciones adicionales. La mayor densidad del agua facilita que los vehículos floten, volviendo la situación aún más peligrosa, y aumenta considerablemente los costos de limpieza tras el desastre. La acumulación de sedimentos es un problema que muchas veces no se tiene en cuenta durante la planificación de estrategias de prevención.

Proyectos Fracasados

A pesar de que las autoridades han sido advertidas sobre la importancia de incorporar el estudio del sedimento en la gestión de riesgos de inundación desde 2007, muchos de estos planes no han sido implementados. Francés recuerda un plan que incluía medidas como la reforestación y la construcción de micropresas para reducir el arrastre de sedimentos, pero que nunca llegó a realizarse.

Desastres visibles desde el espacio

Francisco J. Tapiador, catedrático de Física de la Tierra, destaca que las características de los ríos en la región mediterránea contribuyen a arrastrar enormes cantidades de lodo durante las riadas. Este lodo, que ha enriquecido históricamente la tierra cultivable de Valencia, se convierte en un obstáculo grave en las inundaciones, como demuestran las imágenes satelitales del desastre reciente.

Impacto y vulnerabilidad

Los datos del sistema Copernicus indican que más de 4.100 hectáreas y alrededor de 3.900 edificios se vieron afectados, impactando a más de 60.000 personas en la región. Las zonas que solían ser huertas ahora están llenas de viviendas, lo que ha incrementado la vulnerabilidad de la población ante estos fenómenos naturales.

Un estudio inexplorado

Investigaciones recientes del CSIC han revelado que el efecto del barro y los sedimentos en las inundaciones está poco estudiado. De cerca de 4.000 estudios revisados, solo un pequeño porcentaje consideró los sedimentos como un factor relevante. Esto pone de relieve la necesidad urgente de reevaluar cómo se estudian y modelan estos eventos para una mejor preparación y respuesta.

Conclusiones

Las implicaciones son significativas, no solo en términos de infraestructura y limpieza, sino también en cómo las comunidades se preparan y responden a futuras inundaciones. No siempre es correcto asumir que más sedimentos equivalen a más destrucción; cada caso debe ser evaluado de manera individual para entender sus efectos reales.

En conclusión, el fenómeno del arrastre de sedimentos durante las riadas representa un factor crítico que debe ser tomado en cuenta para mitigar los daños en el futuro. La adaptación y la planificación son esenciales para enfrentar estos desastres naturales, y es un llamado a las autoridades y expertos a prestar atención a las advertencias de quienes estudian estos eventos de cerca.