El ataque devastador en Nueva Orleans, que cobró la vida de 14 personas durante las celebraciones de Año Nuevo, ha tomado un giro sorprendente con el descubrimiento de que el acusado, Shamsud Din Jabbar, había grabado la escena del crimen utilizando gafas inteligentes. Este hecho fue revelado por el FBI, que ha estado investigando los antecedentes del atacante, un veterano del ejército estadounidense.

Jabbar, quien viajó a Nueva Orleans varias veces desde Texas, estuvo en la ciudad por primera vez a finales de octubre pasado. Durante esa primera visita, se le vio recorriendo en bicicleta el famoso Barrio Francés, capturando imágenes con el dispositivo de la compañía Meta, la matriz de Facebook, que permite grabar video de manera discreta sin usar las manos.

El agente especial del FBI, Lyonel Myrthil, destacó que este tipo de tecnología no solo es peligrosa en manos equivocadas, sino que también plantea nuevos desafíos a la seguridad pública, ya que permite a los delincuentes documentar actividad y preparar ataques sin ser detectados.

En la mañana del 1 de enero, Jabbar, que también había mostrado lealtad al grupo terrorista Estado Islámico en redes sociales, condujo una camioneta alquilada a una alta velocidad por la famosa Bourbon Street, un área popular repleta de turistas. En su camino, dejó un rastro de horror: 14 muertos y al menos 30 heridos. Los hechos culminaron en un tiroteo con la policía, donde Jabbar fue abatido.

Aún más alarmante es el reciente descubrimiento de que el atacante había realizado viajes internacionales a Egipto y Canadá en los últimos dos años. En julio de 2023, pasó 11 días en El Cairo y luego estuvo en Ontario, Canadá, por tres días poco después. Las autoridades están investigando posibles conexiones y buscan a personas que pudieran haber tenido contacto con él durante esos viajes.

Además, el FBI ha recuperado armas en la investigación, incluyendo una pistola de 9 mm y un rifle semiautomático del calibre 308, lo que sugiere la posible preparación de múltiples ataques. Se ha confirmado que Jabbar había dejado preparadas dos bombas artesanales que, de no ser por la rápida respuesta de la policía de Nueva Orleans, podrían haber sido detonadas, causando aún más devastación.

La historia de Shamsud Din Jabbar es un recordatorio escalofriante de los peligros que se esconden detrás de la tecnología moderna y de la necesidad urgente de mejorar la vigilancia y la prevención de ataques terroristas.