Duna, una niña de solo 9 años, se ha convertido en la sensación del barrio tras repartir la impresionante cantidad de 3.360.000 euros ganados en la Lotería de Navidad 2024. Con su diadema de Papa Noel y una sudadera dorada de los Chicago Bulls, Duna no solo es una promesa del baloncesto, sino que además es un orgullo para su comunidad.

El Club Deportivo Distrito Olímpico de San Blas-Canillejas, uno de los más importantes de Madrid con cerca de 900 licencias y 54 equipos, se benefició grandemente de la venta de papeletas de lotería, que Duna ayudó a vender al por mayor. Su esfuerzo colectivo llevó a que vendieran participaciones que incluían un número premiado, el 72.480, que dio origen a esta increíble historia de suerte y solidaridad. ¿Cómo llegó el Gordo de una administración en Logroño a este club de barrio? Eso permanece como un misterio, pero lo cierto es que ahora los sueños se han hecho realidad para muchos.

Duna, además de vender casi tres talonarios completos, fue impulsada por un deseo especial: comprarle una nueva sudadera a su hermano mayor, Hugo. Cada año, el club premia a la persona que más participaciones vende, algo que Duna tomó muy en serio. Su madre, Gema Leonor, se siente inmensamente orgullosa de su hija. "Siempre fue mi estrella, y ahora brilla en todo el barrio," dice. En su hogar, los 120.000 euros que se quedaron son prueba de su éxito.

Gema, de 47 años, es enfermera y ha tenido que enfrentarse en solitario a la crianza de sus tres hijos desde que su esposo falleció cuando Duna apenas tenía un mes. A pesar de las dificultades, cuenta que ahora tiene una razón más para sonreír. Duna, con su carácter emprendedor, vendió papeletas no sólo a amigos y familiares, sino que también tocó puertas en el vecindario. Hizo que sus abuelos también fuesen parte de esta aventura, llevándoles otros 120.000 euros.

La alegría en la casa de Duna ahora es contagiosa. "He ganado yo, pero sobre todo han ganado mis amigos y mis padres. Estoy llorando de felicidad", se emociona Gema, mientras el ambiente se llena de risas y recuerdos de momentos difíciles que, por fin, parecen quedar atrás. Con la esperanza de una vida más tranquila, Gema sueña con poder sanar las heridas financieras que dejó la pandemia y el trágico fallecimiento de su marido. Todos saben que, aunque los millones han llegado, lo que realmente importa son los lazos familiares y la comunidad unida.

Duna, por su parte, acaba de pedirle a su madre cosas que realmente necesita la casa, pero también un pequeño regalo para ella misma: algo para pintar. Con la responsabilidad de ser la más pequeña pero también la más fuerte, se prepara para la aventura de su vida. Este año, la academia de baile a la que asiste organiza un viaje a Eurodisney, y Gema ha decidido que será un viaje familiar. "Ahora sé que vamos los cuatro", reafirma con una sonrisa.

Su historia no solo es un relato de fortuna; es un testimonio de la perseverancia, la resiliencia y el poder del amor familiar. ¡Y todo gracias a una niña con una gran felicidad y un corazón aún más grande! ¿Acaso hay algo más inspirador en estos tiempos?