Un extraño hallazgo ha dejado a los científicos boquiabiertos: los restos de un niño que vivió hace 17.000 años en el sur de Italia. Este pequeño, que probablemente murió debido a un defecto cardíaco congénito, se ha convertido en un tema de fascinación mundial. Según informes de Focus, el niño no solo tenía ojos azules, sino que también era el resultado de una unión entre padres consanguíneos, probablemente primos.

Las pruebas de ADN han revelado que este niño era varón, poseía ojos azules, piel oscura y cabello rizado de color marrón oscuro, casi negro. Este descubrimiento, publicado recientemente en la revista Nature Communications, proviene de restos arqueológicos encontrados en 1998 en el famoso sitio de Grotta delle Mura, en Apulia, Italia, donde se cree que quedó sepultado bajo losas de roca tras su muerte.

Los investigadores no solo han podido determinar el color de ojos y características físicas del niño, sino que también han llegado a realizar un análisis de su estado de salud en el feto. A través del estudio de sus dientes, se sugiere que incluso antes de nacer, el niño pudo haber enfrentado graves problemas de salud relacionados con su madre.

Este descubrimiento desafía muchas nociones preconcebidas sobre la genética y la diversidad en las poblaciones prehistóricas. Además, plantea interesantes preguntas sobre la apariencia y la vida en esa época, así como sobre las condiciones de salud que podrían haber influido en la mortalidad infantil. La ciencia realmente tiene maneras extraordinarias de sorprendernos.