Un cazabombardero alemán Junkers Ju 87, conocido como Stuka, fue hallado en perfecto estado en el fondo del mar cerca de la isla de Žirje, en Croacia. Este icónico avión de combate se estrelló durante la Segunda Guerra Mundial y llevaba consigo una peculiaridad fascinante: la 'Trompeta de Jericó', una sirena diseñada para producir un aterrador aullido que buscaba infundir miedo en sus enemigos, un verdadero arma de terror psicológico.

El descubrimiento ha sido llevado a cabo por un equipo de arqueólogos y conservadores del Centro Internacional de Arqueología Subacuática (ICUA) en Zadar, quienes han logrado preservar los restos del avión de manera efectiva. Este hallazgo es significativo, ya que representa un avance impresionante en la conservación de artefactos submarinos.

Según un comunicado del ICUA, anteriormente se creía que no existían métodos eficaces para proteger los restos de aviones hundidos, ya que el proceso de corrosión y deterioro podría llevar a la destrucción total en un periodo de entre diez y quince años. Sin embargo, en mayo de 2024, un grupo de expertos se reunió para llevar a cabo mediciones de corrosión en el pecio del Stuka, realizando un análisis que cambiaría la forma en que se enfrenta la conservación de este tipo de hallazgos.

Los resultados de esos análisis revelaron que era posible aplicar una técnica de protección catódica mediante el uso de ánodas de sacrificio. En octubre, el equipo de ICUA implementó dos ánodas de prueba que demostraron ser altamente efectivas. Las mediciones subsecuentes mostraron que estas ánodas habían salvaguardado el pecio, deteniendo su deterioro. Este logro no solo marca un precedente en la conservación submarina, sino que convierte al Stuka en el primer avión de combate en el que se ha logrado parar con éxito el proceso de deterioro bajo el agua.

Este descubrimiento trae consigo la esperanza de que más restos históricos puedan ser preservados para futuras generaciones, proporcionando una visión invaluable de la historia militar y los avances en técnicas de conservación. La Trompeta de Jericó no solo simboliza un arma de guerra, sino también un testimonio duradero del ingenio humano ante los horrores del conflicto.