Mundo

¡Increíble descubrimiento! Encuentran el queso más antiguo del mundo dentro de momias chinas

2024-09-25

Un hallazgo fascinante ha dejado a los arqueólogos y expertos en alimentación asombrados: el queso más antiguo del mundo fue encontrado en el cuello y la cabeza de varias momias de la cuenca del Tarim, en China, datando de hace aproximadamente 3,600 años. Este descubrimiento se revela en un artículo publicado en la revista Cell, donde un equipo de investigadores de la Academia China de Ciencias logró extraer y analizar el ADN de esta antigua sustancia, que ha sido identificada como queso de kéfir, una mezcla similar al requesón. Este hallazgo no solo es valioso, sino que puede arrojar luz sobre las prácticas alimentarias y la cultura de nuestros antepasados.

Lo notable de este descubrimiento radica en que los productos lácteos como el queso son extremadamente difíciles de conservar a lo largo de los siglos. La autora principal del estudio, Qiaomei Fu, enfatiza que este tipo de queso es de proporciones únicas y puede ofrecer una visión sin precedentes sobre la dieta de las civilizaciones antiguas.

Las muestras fueron encontradas en un cementerio de Xiaohe, conocido por su edad del bronce, donde arqueólogos habían sospechado de la presencia de productos lácteos fermentados hace aproximadamente dos décadas. En análisis anteriores, los expertos ya aventuraron la posibilidad de que se tratara de queso, y gracias a las recientes técnicas de análisis de ADN antiguo, se logró confirmar la naturaleza del hallazgo. Se identificó material genético de leche de vaca y de cabra, respaldando la hipótesis de que estas culturas utilizaban diferentes tipos de leche animal, a diferencia de las prácticas comunes en Oriente Medio y Grecia, donde se tiende a mezclar las leches.

Este descubrimiento plantea preguntas intrigantes, dado que en esta región del mundo la intolerancia a la lactosa es bastante común, lo que hace aún más sorprendente que estas antiguas poblaciones consumieran productos lácteos fermentados.

Más allá del queso, los granos de kéfir encontrados en las muestras reflejan prácticas de fermentación antiguas que se han mantenido en la región de Xinjiang desde la Edad del Bronce. Futuros estudios podrían revelar aún más sobre cómo estas antiguas civilizaciones se alimentaban y se adaptaban a su entorno. Las bacterias Lactobacillus kefiranofaciens presentes en el queso sugieren una rica diversidad microbiana que puede haber evolucionado de maneras fascinantes durante milenios.

El estudio no sólo proporciona información sobre las prácticas dietéticas de nuestros antepasados, sino que también muestra que el consumo y producción de kéfir podría haber influido en la evolución de la genética humana en la región, destacando las adaptaciones que ocurrieron en la capacidad para digerir productos lácteos.

Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para nuestra comprensión de la historia alimentaria y biológica, y promete abrir nuevos caminos en el estudio de la coevolución entre humanos y microorganismos. Al profundizar en estos antiguos hábitos alimentarios, nos acercamos a entender mejor cómo vivían nuestros ancestros y cómo sus interacciones con los alimentos moldearon su cultura.