Recientemente, un estudio publicado en la prestigiosa revista 'Science' ha revelado un hallazgo sorprendente: el cerebro de las mujeres experimenta una reducción en su tamaño durante el embarazo. Específicamente, se ha observado una pérdida de volumen en la materia gris y en la corteza frontal. Sin embargo, ¡no hay motivo para alarmarse! Este fenómeno ya era conocido, pero lo realmente innovador de esta investigación es que han seguido el proceso con un detalle sin precedentes, como explica Susana Carmona, neurocientífica y autora del libro 'Neuromaternal', donde desglosa lo que realmente sucede en el órgano más complejo del ser humano.

"Estamos apenas descubriendo la punta del iceberg", advierte la especialista, quien lleva años explorando este campo. Está claro que el cuerpo femenino experimenta transformaciones radicales durante la gestación, adaptándose para ofrecer refugio y sustento al bebé, lo que implica una serie de cambios biológicos impresionantes. Desde el sistema endocrino hasta el cardiovascular, respiratorio, urológico, hematológico, esquelético y nervioso, cada aspecto se ve alterado. Por ejemplo, el corazón de la mujer embarazada puede bombear entre un 40% y un 50% más de sangre debido a las demandas del útero, y el volumen total de sangre puede aumentar hasta un litro, ¡una cantidad considerable considerando que normalmente oscila entre 4,5 y 6 litros!

Si hablamos de hormonas, ¡la producción de estrógenos y progesterona puede incrementarse hasta mil veces! Estos cambios hormonales son cruciales: los estrógenos contribuyen a la maduración de los huesos del feto y estimulan el desarrollo del tejido mamario para facilitar la lactancia, mientras que la progesterona prepara el endometrio para nutrir al feto.

A pesar de que los cambios cerebrales pueden parecer alarmantes, se ha descubierto que la reducción de materia gris y del volumen de la corteza cerebral tiene un propósito adaptativo. "La materia gris contiene las neuronas y las células gliales, que son esenciales para el buen funcionamiento del cerebro", indica Fernando García Moreno, investigador del Achucarro Basque Center of Neuroscience. Curiosamente, esta atrofia cerebral en el embarazo no está asociada a déficits cognitivos como muchos podrían pensar. Estos cambios en el cerebro son similares a aquellos que se experimentan durante la adolescencia, provocados por la avalancha hormonal, y en el caso del embarazo, estos ajustes facilitan el vínculo entre madre e hijo. ¡Un fenómeno fascinante!

Carmona también señala que no solo se observa un cambio en el tamaño del cerebro, sino también en las redes neuronales relacionadas con la atención. Estas redes se activan incluso cuando no estamos realizando ninguna tarea activa. Dicho de otra manera, cuando creemos estar en reposo, nuestro cerebro está incesantemente trabajando en la planificación del futuro y en la reflexión sobre uno mismo y la percepción que los demás tienen de nosotros. Estos cambios parecen ser permanentes e incluso pueden durar toda la vida.

Pero, ¿los tipos de parto influyen en este fenómeno? La investigación sugiere que el proceso de dar a luz también provoca cambios cerebrales, independientemente de si es un parto vaginal o una cesárea. Sin embargo, se requiere más estudio para determinar si las cesáreas programadas tienen efectos diferentes. ¡Estamos solo al inicio de un camino de descubrimiento sobre cómo la maternidad transforma no solo el cuerpo, sino la mente de las mujeres!