El grupo chiíta libanés Hezbolá ha confirmado este sábado la muerte de su líder, Hasan Nasrala, en un bombardeo llevado a cabo por Israel el día anterior en lo que se presume fue un ataque contra el cuartel general del grupo en los suburbios meridionales de Beirut.

"Su eminencia Sayyed Hasan Nasrala, secretario general de Hezbolá, se unió a sus grandes y eternos mártires", anunció el grupo en un comunicado que no detalla las circunstancias de su fallecimiento.

La pregunta que resuena en Beirut es: ¿Está realmente muerto Hasan Nasrala? A pesar de la confirmación de Hezbolá, las fuentes iraníes, principales patrocinadores del grupo, habían asegurado a medios locales que Nasrala se encontraba bien. Sin embargo, las agencias de inteligencia israelíes sostenían desde el principio que había sido asesinado en la sede subterránea del movimiento. Este suceso marca otro punto crítico en un conflicto que se intensifica cada día, a medida que Israel ha logrado debilitar significativamente la estructura de mando de Hezbolá.

Las escenas en el sur de Beirut son desoladoras. Los civiles, aterrorizados por los bombardeos, han abandonado sus hogares, buscando refugio en otros barrios de la capital como Hamra y Raouche. Testigos informan de un éxodo masivo, mientras que las explosiones continuaban sacudiendo la ciudad tras el discurso desafiante del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante la Asamblea General de la ONU, donde reiteró su rechazo a cualquier tipo de tregua y su objetivo de eliminar a los líderes de Hezbolá.

El Ejército israelí confirmó que las operaciones en Beirut fueron la mayor ofensiva en los últimos once meses, lo que llevó a la evacuación de civiles de las áreas afectadas. Un último informe del Ministerio de Salud contabiliza al menos seis muertos y más de 90 heridos, mientras que los operativos de rescate continúan buscando entre los escombros de edificios destruidos.

Desde Teherán, el jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ibrahim Azizi, advirtió que "Israel ha abierto las puertas del infierno contra sí mismo". Este conflicto, que ya lleva semanas, ha visto una escalada de ataques en la región, con Hezbolá respondiendo al bombardeo israelí lanzando cohetes hacia el norte de Israel, aunque la mayoría fueron interceptados.

El ataque en Haret Hreik, la sede de Hezbolá, representa un punto de inflexión dramático en la lucha entre Israel y el grupo militante, y es el quinto asalto en solo una semana. A medida que Israel logra eliminar a los principales líderes de Hezbolá, el enfoque se ha desplazado completamente hacia un objetivo: Nasrala.

Las autoridades israelíes han logrado infiltrarse en la cúpula del grupo, lo que ha llevado a una serie de operaciones exitosas que están desmantelando la infraestructura de Hezbolá. La zona atacada era conocida como un bastión de máxima seguridad, siendo hoy un símbolo de la fragilidad del control del grupo en la región. Este desenlace podría tener implicaciones globales, afectando las relaciones entre varias facciones y naciones en conflicto.

Este tenso capítulo en la historia del Medio Oriente nos deja con la pregunta: ¿Cuál será el próximo movimiento de Hezbolá y cómo responderá Israel a esta crisis, que podría escalar a dimensiones aún mayores?