El escenario del Capital One Arena, repleto de seguidores, contrastaba de manera increíble con la pequeña mesa de caoba y la silla de cuero rojo que Trump usó durante su ceremonia de firma. Pero lo que realmente impactó a la nación fue la serie de órdenes ejecutivas que el presidente anunció en su primer día en el cargo. En un espectáculo que recordaba los días de gloria del Imperio Romano, Trump firmó varias estrategias políticas que prometen tener un profundo impacto en la sociedad estadounidense.

Acompañado por el nuevo vicepresidente J.D. Vance, el presidente Trump comenzó su andanada de firmar órdenes que buscaban desmantelar el legado de Joe Biden. “Revocamos 78 acciones ejecutivas de la era Biden”, anunció su secretario personal. Con cada firma, Trump mostraba sus documentos a la multitud como si de trofeos de guerra se tratara, marcando el inicio de una era polémica.

No solo se limitó a revocar políticas de su predecesor. También firmó una orden que prohíbe regulaciones por parte de cualquier funcionario gubernamental hasta que él tenga el pleno control, y congeló las contrataciones federales, salvo en circunstancias excepcionales. Entre sus decisiones destacan el indulto a 1.600 personas condenadas por el asalto al Capitolio, e incluso la declaración de una ‘emergencia nacional’ en la frontera con México.

La crisis migratoria fue uno de sus temas centrales. En sus declaraciones, Trump enfatizó su apoyo hacia la 'inmigración legal', pero justo después, la web CBP ONE, una herramienta para el asilo creada por Biden, dejó de funcionar, cancelando citas previamente programadas. Esto ha generado frustración entre quienes buscan refugio en Estados Unidos.

La medidas de inmigración de Trump, que incluyen la categorización de los cárteles como grupos terroristas, y la eliminación del derecho a la ciudadanía automática para los nacidos en EE.UU., han desatado preocupaciones sobre un posible clima de xenofobia y mayor militarización de la frontera.

Otro aspecto de su agenda que ha levantado polémica es su enfoque en el colectivo LGTBI. Trump prometió una política que solo reconozca dos géneros: masculino y femenino, una decisión que probablemente desencadenará una feroz oposición en los tribunales. Su promesa de eliminar la ‘ideología trans’ de los documentos oficiales es solo la punta del iceberg de una guerra cultural que ha comenzado a vislumbrarse.

Entre sus decretos, Trump también anunció la salida del Acuerdo de París y de la Organización Mundial de la Salud, lo que ha alarmado a muchos en el ámbito internacional. Con estas acciones, Trump parece querer erosionar los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática y salud pública, enviando un mensaje claro de unilateralismo.

Los indultos a los asaltantes del Capitolio han sido quizás la acción más controvertida. Con Trump afirmando que fueron víctimas de malentendidos y tratando de reinventar aquel oscuro día, su partido se enfrenta a nuevos desafíos en términos de identidad y principios. Mientras tanto, sus oponentes ya están organizando protestas y acciones legales en respuesta a sus decisiones, creando un ambiente político intensamente polarizado.

El futuro de la política estadounidense está en juego, y Trump ha dejado en claro que su mandato no será más que un campo de batalla para ideologías contrapuestas en un país cada vez más dividido.