La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha sorprendido al mundo este miércoles al elevar sus previsiones de crecimiento para la economía española. Según su último informe, el Producto Interno Bruto (PIB) de España crecerá un impresionante 2,8% en 2024, un punto porcentual más que sus estimaciones anteriores de mayo. Además, el crecimiento se espera que continúe con un 2,2% en 2025, marcando un avance positivo en las proyecciones económicas del país.

Este informe de otoño de la OCDE destaca que España se posiciona como la economía desarrollada con el mayor crecimiento este año, superando a gigantes como Estados Unidos (2,6%), Reino Unido (1,1%), Francia (1,1%) y Canadá (1,1%). La notable corrección al alza en las previsiones de España, en comparación con los datos de mayo, es un indicativo del robusto desempeño económico que se está registrando en el país.

El crecimiento pronosticado de 2,8% coincide con las estimaciones del Banco de España y está por encima de la reciente proyección del Consejo de Ministros. Todo esto plantea a la economía española como un modelo a seguir en la zona euro, donde se prevé que su incremento será cuatro veces superior a la media de la región.

En este contexto positivo, la OCDE también analizó el estado de la economía global, señalando que, aunque el crecimiento de la producción mundial sigue siendo resistente, se encuentra en un "punto de inflexión". Específicamente, se prevé que el crecimiento del PIB mundial se estabilice en un 3,2% durante 2024 y 2025, impulsado en gran parte por economías en desarrollo como China e India.

Sin embargo, la OCDE advierte sobre varios retos que aún persisten. Las tensiones geopolíticas y comerciales podrían ejercer presión sobre la inversión extranjera y los precios de las importaciones, desafiando el optimismo actual. Además, si bien la inflación general muestra signos de disminución, las tasas subyacentes todavía se mantienen elevadas, lo que podría complicar la recuperación económica en el corto plazo.

En un llamado a la acción, el informe enfatiza la necesidad de que las políticas monetarias y fiscales se mantengan cautelosas, especialmente en países como Japón. Los responsables de las políticas deben enfrentar las dificultades presupuestarias derivadas del aumento de la deuda y la presión sobre el gasto provocada por el envejecimiento poblacional y la necesidad de financiar reformas necesarias para un futuro sostenible.

Finalmente, el informe de la OCDE sugiere que cada país debería priorizar esfuerzos para controlar el gasto e incrementar los ingresos, a través de reformas fiscales y una mejor implementación de subsidios. Esto es crucial para garantizar la sostenibilidad financiera y prepararse para posibles futuras crisis económicas.

Así que, mientras España sigue marcando la pauta en crecimiento económico en Europa, la comunidad internacional no debe perder de vista los retos que aguardan en el horizonte. ¿Está España a punto de convertirse en el nuevo motor económico de la UE? ¡Las cifras dicen que sí!