El 28 de octubre de 2023, el famoso actor Matthew Perry, conocido por su icónico papel de Chandler Bing en la serie 'Friends', fue encontrado muerto en su jacuzzi. La causa oficial de su deceso fue ahogamiento, pero lo que realmente conmociona es que había recibido una dosis letal de ketamina, una droga que ha estado en el centro de controversias en el mundo del entretenimiento.

La historia toma un giro aún más oscuro ya que dos médicos que lo atendieron, junto a su asistente personal y una conocida traficante de droga, están enfrentando cargos por haber establecido una red clandestina que se lucró de la adicción del actor. Hasta ahora, su asistente personal, Kenneth Iwamasa, y su médico, Mark Chávez, se han declarado culpables de sus crímenes.

Por otro lado, el doctor Salvador Plasencia y la traficante Jasveen Sangha, conocida como la 'reina de la ketamina', aún se mantienen en el banquillo. ¿Cómo pudo haber funcionado esta red? Según informes, Sangha proporcionaba la droga, mientras que Chávez y Plasencia la recetaban, y Iwamasa la administraba. Esa fatídica noche, después de una intensa sesión de ejercicio, Perry le pidió a su asistente que le administrara una dosis considerable de ketamina, la cual resultó ser la tercera en un solo día. Desgraciadamente, esto terminó costándole la vida.

Uno de los aspectos más alarmantes es el uso de la ketamina. Originalmente creada como anestésico, su uso recreativo ha cobrado notoriedad por ser extremadamente peligroso. Aunque en un entorno médico controlado puede ser beneficiosa para tratar problemas de salud mental, como la depresión, su abuso puede llevar al consumidor a la muerte. Su historia se remonta a los años 60, utilizada en contextos médicos y, más tarde, en la guerra de Vietnam, donde fue clave para ayudar a soldados heridos. Sin embargo, el mismo alivio que otorgó a los soldados heridos se ha convertido en una vía de escape mortal para aquellos que luchan con problemas de salud mental, como fue el caso de Perry.

La ketamina distorsiona la percepción y puede provocar episodios de desvanecimiento, lo que representa un gran riesgo, especialmente en lugares como un jacuzzi, donde cualquier pérdida de conciencia puede llevar a un trágico ahogamiento.

Hoy en día, el uso de la ketamina persiste en la medicina, principalmente en veterinaria y bajo estricta supervisión en humanos. De hecho, en 2019 la FDA aprobó un spray de ketamina para tratar la depresión, aunque con grandes restricciones y bajo la supervisión de un especialista. A pesar de la controversia, muchos especialistas apoyan su uso en contextos controlados.

Matthew Perry, quien había enfrentado una larga lucha contra su salud mental y su adicción, se encontraba en medio de un complicado tratamiento. Sin embargo, la falta de responsabilidad de sus médicos y de su entorno está saliendo a la luz. ¿Qué más revelaciones impactantes surgirán de este trágico suceso? La historia apenas comienza.