En un giro inesperado en medio de la crisis en Gaza, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reconocido que el ataque a la única iglesia católica de la región fue un "error". Esta declaración se realizó durante una conversación con el presidente estadounidense, Donald Trump.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, Trump llamó a Netanyahu tras enterarse del ataque, donde el premier israelí admitió que fue un grave desliz eliminar el blanco de la iglesia católica. "Israel lamenta profundamente el daño causado a la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza. Cada vida inocente perdida es una tragedia que nos duele a todos", afirmó Netanyahu en un comunicado posterior.

El ataque, que ha sido objeto de más de tres días de condenas internacionales, resultó en cuatro muertes, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Sin embargo, el Patriarcado Latino de Jerusalén contradijo esto, afirmando que solo hubo dos víctimas mortales.

Entre los heridos se encuentra el argentino Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia, quien había estado en contacto frecuente con el Papa Francisco antes de su fallecimiento en abril.

Reacciones Internacionales frente al Ataque

Las reacciones a este devastador ataque no se hicieron esperar. El Papa León XIV expresó su profunda tristeza por la pérdida de vidas y el sufrimiento causado por las acciones militares israelíes. Por su parte, Emmanuel Macron, el presidente francés, condenó "firmemente" el ataque, describiendo la situación en Gaza como un "infierno". Macron insistió en que la continuidad del conflicto es injustificable y pidió un alto el fuego inmediato.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, también repudió el ataque, subrayando que los lugares de culto son sagrados y deben ser protegidos. Recordó que la iglesia no solo es un lugar de adoración, sino también un refugio para civiles desplazados.

El Gobierno de España se unió a las voces que piden respeto por los derechos humanos, exigiendo el alto de las hostilidades y la protección de los civiles en Gaza. El Patriarcado Latino también denunció el ataque, señalando que bombardar un lugar sagrado que alberga a personas vulnerables es una violación clara de la dignidad humana.

Este ataque reafirma la urgencia de un diálogo más amplio y efectivo hacia la paz en la región, donde la vida de los civiles sigue siendo sacrificada en el contexto de la guerra.